Feb 20 2013
INDUSTRIA Y ARTESANÍA TRADICIONALES DE LA PUEBLA DE CAZALLA (II): LA PUEBLA EN EL ANUARIO “REGIONAL” DE ANDALUCIA DE 1.931 (1)
Ya sabéis que una de nuestras secciones es daros a conocer diversos aspectos de la vida tradicional en La Puebla de Cazalla, pues bien hoy retomamos una serie cuyo nombre es el que encabeza el título del presente artículo. Eso ha sido posible gracias a disponer de las páginas correspondientes a nuestra localidad del llamado Anuario “Regional” de la Industria – Comercio, Agricultura – Profesiones, Arte y Turismo de Andalucía de 1.931, cuyo contenido nos disponemos a compartir con todos nuestros amables lectores.
Antes, sin embargo queremos, hacer notar una observación que no resultará ociosa precisamente acerca de esos contenidos, dicha observación, ya lo advertirán todos, es que estos son muy variados y en consecuencia también lo serían los posibles comentarios de interés a que podrían dar lugar, sobrepasando en demasía la extensión máxima que creemos razonable dar a los temas que tratamos teniendo en cuenta las características del medio en que publicamos, este es el motivo por el que para esta ocasión vamos a optar por acotar estos comentarios a lo referido al comercio, la industria y la artesanía locales que se reflejan en el Anuario.
Portada del Anuario. Obsérvese que el año de edición es 1.931, el mismo de la proclamación de la II República aunque los colores de la portada y el escudo son monárquicos porque vería la luz con anterioridad al 14 de abril.
Lo que primero nos llama la atención de lo que se dice en la publicación acerca de La Puebla de Cazalla es el sistema de comunicaciones y transporte de viajeros con otras localidades. En efecto, se señalan varias líneas de transporte que podían usar los viajeros de nuestro pueblo en sus desplazamientos a la capital de la provincia o a los pueblos de los alrededores. Es el primer caso el que llama la atención pues en principio, salvo error cometido por los redactores, el itinerario a seguir para los usuarios del transporte público entre Sevilla y La Puebla sería un poco extraño: Sevilla-Alcalá de Guadaíra-Mairena-El Viso-Carmona-Marchena-Puebla de Cazalla.
Dando ese rodeo la distancia con la capital se incrementa en torno a los 20 kms, lo cual no es demasiado si tenemos en cuenta que a cambio permitía la comunicación con Marchena, es cierto que la duración del viaje en cambio sí debía incrementarse notablemente tanto por transcurrir por carreteras locales y comarcales como por las paradas que se incluirían en cada una de las poblaciones del mismo para recoger nuevos viajeros y mercancías, así, es fácil que el viaje que se iniciara por la mañana en nuestro pueblo no concluyese en Sevilla antes del mediodía.
En aquella época se viajaba mucho menos que en la actualidad y no era nada raro que mucha gente, sobre todo las mujeres que no hacían el servicio militar, no hubieran salido nunca de La Puebla, pero con estos transportes es evidente que cualquier gestión en Sevilla obligaba a pernoctar. Menos mal que existía una alternativa a la anterior pues la línea entre Sevilla y Osuna pasaba por La Puebla haciendo el mismo itinerario que hoy en día. Las otras comunicaciones de que disponía nuestra localidad, la unían respectivamente a los pueblos de Osuna y Morón de la Frontera.
Líneas de transporte público de viajeros que afectaban a nuestra localidad en 1.931. Se completarían con la posibilidad de hacer uso del ferrocarril en el apeadero de Matacán en las inmediaciones de Los Ojuelos.
El Anuario es también, como su título ya indica, no solo una guía comercial, si bien ese es su principal interés, sino también un índice del quién es quién en el ámbito profesional de las localidades que incluye. En el caso de La Puebla de Cazalla, como en el de todas las demás, el comienzo resume unos cuantos datos geográficos, económicos y demográficos que pueden resultar de interés conocer a nuestros lectores, así como presenta los miembros de la corporación municipal y los titulares encargados del juzgado, la parroquia, la notaría y las escuelas.
A propósito de la composición del ayuntamiento, diremos que su alcalde D. José Muñoz León, de oficio contratista de obras y con un hermano llamado Juan cuya ocupación era la de tabernero y con el que alguna vez se le confunde, lo fue muy fugazmente, apenas durante el año que transcurre entre el 24/3/1.930 y el 18/4/1.931 en que sería sustituido por un presidente de la corporación ya republicano. Entre los tenientes de alcalde figura D. José Guerra González, muy probablemente el comerciante con tienda en la calle de la Cruz nº 17 al que en su momento dedicamos una entrada en este blog, concretamente la correspondiente al 11/06/2.011.
Sobre los datos estadísticos de población que el Anuario ofrece, sí haremos un comentario breve pues contrastándolos con los del padrón de habitantes de 31 de diciembre de 1.929 que arrojaba una cifra de una población de hecho de 9.060 habitantes y 9.105 de derecho, constatamos que en el periodo de un año La Puebla de Cazalla había perdido 209 habitantes de hecho, casi un 2,5% del total lo que es muy significativo del momento económico que se atravesaba.
De entre lo datos ofrecidos llaman la atención el referido a la velada del patrón San José, también el que se resalte la producción de patatas junto con la de cereal y aceite así como la fabricación de quesos que tiene un cierto sentido por la cabaña ganadera caprina y ovina. Para ampliar la imagen cliquead sobre la misma.
El párroco que figura es D. José María Rodríguez Guillén que desempeñaría sus funciones hasta 1.945 en que falleció en nuestra misma localidad siendo sustituido por D. Antonio Rasco. Respecto al secretario municipal, D. Manuel Borrego Galán era el padre de D. José Borrego, triste y prematuramente fallecido y siempre recordado como maestro de innumerables hornadas de chicos y chicas moriscos en el colegio San José; posteriormente por sus simpatías republicanas sería destituido del cargo en la primera sesión en que se constituyó la gestora muncipal golpista el mismo día 31 de julio de 1.936.
En cuanto al juez, D. Eugenio Benjumea Calderón era hijo de don Eugenio Benjumea y Gil de Gibaja y de Doña Ana Calderón Ibarra, la señora que vivía en la casa que hace esquina entre las calles San José y Sevilla a la que llamaban en La Puebla La Viuda, ésta fallecería en 1.938 y su hijo le sobrevivió hasta 1.956. D. Eugenio vivió en esa época en la calle Marchena a la altura de donde estaba la Tienda Amarilla.
En la relación de los que figuran bajo el epígrafe abacerías (tiendas de comestibles), cabe destacar la figura de Francisco Medrano García, que tal vez era en realidad Gracia y fue alcalde de La Puebla entre el 1/11/1.923 y el 29/1/1.924. También la persona de José Guerrero Bermudo, teniente de alcalde entre el 1/11/1.923 y el 29/1/1.924. Así mismo fue concejal desde el 1/1/1.910 a 4/11/1.911 D. Eduardo Orellana Portillo que repetiría cargo más adelante en el periodo que discurre entre el 5/11/1.911 y el 1/11/1.913.
Por último citaremos que el encargado de teléfonos D. Francisco Romero Gutiérrez, era el padre del que hemos conocido todos por Manolo Romero y en su casa de la calle Mesones estaba la centralita y la operadora que hasta finales de los años 70, mediante conferencia, hacía posible la comunicación con el exterior. De los maestros nada diremos porque en su momento les dedicaremos un artículo monográfico.
El Anuario no es completo ni exhaustivo pues posiblemente algunas inclusiones se hacían mediante pago, sin embargo ofrece, como pueden apreciar los electores, interesantes datos que iremos espigando a lo largo del artículo. Para ampliar la imagen cliquead sobre la misma.
Lugar destacado en el Anuario es el que ocupan los industriales fabricantes de aceite de oliva, habría muchos de los que decir alguna cosa pero en la inevitable acotación que debemos hacer de los comentarios, no podemos dejar fuera a algunos de ellos, por ejemplo a D. Antonio Fuentes Zurita, el torero, que volverá a aparecer nuevamente como titular de otras industrias y al que se dedica un anuncio publicitario a toda página.
Desde luego es destacable la figura de D. Ramón Moreno de los Ríos de la que ya nos hemos ocupado varias veces en este blog, concretamente en las entradas correspondientes al 3/3/2.012 y el 23/10/2.012 y a la que algún día planeamos dedicar, como sin duda merecen su persona y su obra, una atención más profunda y detallada. D. Ramón no solo fue un emprendedor propietario agrícola y hombre de negocios, sino también un ciudadano ejemplar benefactor de sus convencinos a los que representó como concejal entre el 1/1/1.904 y el 1/1/1.906. Así mismo, D. Ramón aparece en 1.932 como presidente local del Partido Republicano Liberal Demócrata, de centro derecha, que se había constituido al comienzo de la República, y tenía como vicepresidente al que hemos mencionado antes como último alcalde morisco de la monarquía D. José Muñoz León, y como integrantes de su junta directiva a antiguos concejales monárquicos como D. Francisco Gómez Vargas o industriales del aceite como D. Francisco Angulo Sánchez.
Un poco más adelante de la fecha mencionada y por motivos que no conocemos, D. Ramón Moreno de los Ríos que llegó a poseer la propiedad de las fincas de El Acebuche y del Cortijo del Río, además de molinos harineros como el Molino del Pan y el suministro de la luz eléctrica y el agua potable a La Puebla de Cazalla, sufre un gran revés económico y queda en la más espantosa de la ruinas. Traslada su residencia a Madrid donde vivió muy pobremente de unos joyeros de artesanía labrados por las manos de su hija Belén, hasta que falleció en esa capital el 15 de octubre de 1.937 a los 66 años. El día 15 de febrero de 1.946, siendo alcalde D. Joaquín Herrera Blanco, se acuerda rotular una calle de esta villa con el nombre de Ramón Moreno de los Ríos.
Vista de hará unos veinte años de la finca El Acebuche, propiedad que fue en su día de D. Ramón Moreno de los Ríos. Para ampliar la imagen cliquead sobre la misma.
También figura en esta relación de industriales aceiteros D. Gabriel Raya Fernández, quien ocupara cargos municipales durante varios periodos, incluido el momento en que se publica el Anuario, al igual que sus hermanos José María, Rafael, Antonio y Agustín, habiendo sido los dos últimos alcaldes de La Puebla y Agustín en concreto sustituido como tal tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1.936. Es la misma situación la de otros aceiteros como D. Antonio Sánchez Báez, concejal en 1.924, D. Manuel Hidalgo González que lo fue entre 1.919 y 1.920 y D. Antonio Torres Benítez de 1.929 a 1.930, todos ellos en grupos políticos de la derecha.
En el apartado de agentes comerciales, además del ya presentado Guerra González, reconocemos también la persona de D. Luis Herrera López, que fue el padre de Luis, Rafael, Jaime y Esperanza Herrera y titular de la tienda Nuestra Sra de la Esperanza: Comestibles, Chacina, Vino, Aguardiente y Licores. Entre los varones Luis trabajó en el ayuntamiento y continuó la tradición paterna siendo representante de numerosas firmas comerciales en nuestra localidad. Rafael tuvo una droguería en la calle Morón y Jaime trabajó durante muchos años en la sucursal morisca de Banesto.
Hasta aquí la primera parte de nuestro comentario al Anuario, no la prolongaremos más aunque como veréis en próximas fechas quedan interesantes cuestiones que compartir con todos nuestros lectores, así pues os emplazamos a una siguiente cita donde seguiremos conociendo dichos pormenores.
FUENTES:
DIARIO ABC. Hemeroteca Digital. http://www.hemeroteca.abc.es/
GUTIÉRREZ NÚÑEZ, F. y J. CABELLO NÚÑEZ. Grupos políticos y sociedades recreativas en La Puebla de Cazalla durante la II República (1.931-1.936). http://www.slideshare.net/fjgn1972/pd-c-ii-repblica.
SIN AUTOR. Anuario “Regional” Descriptivo-Informativo y Seleccionado de la Industria-Comercio, Agricultura-Profesiones, Arte y Turismo de Andalucía. Sevilla. Ed. Anuarios Regionales de España. Madrid 1.931
TORRES MONTESINOS, A. Historias, hechos, personajes y pregones de La Puebla de Cazalla. http://usuarios.multimania.es/antonitotorres/indice%20lapuebla.htm
N.B. La fotografía que aparece en la miniatura corresponde con la fachada del comercio La Tienda Amarilla fundado por D. Gregorio Valero Cano.
Hola. He leído este artículo, en el que menciona al párroco don José María Rodríguez Guillén. Este párroco era natural de Pedrera. Me gustaría saber la fecha exacta de su fallecimiento, qué recuerdo ha quedado de él en La Puebla (bueno o malo), y me gustaría poder contar con alguna fotografía suya para un trabajo que estoy realizando sobre Pedrera. Muchas gracias.
Gracias Paco Márquez, por tus palabras tan bonitas que me dedicas lo cual te lo agradezco, pero al mismo tiempo este agradecimiento me lleva a esmerarme cuando haga un comentario, porque sé que alguien, en este caso tú, me está retratando y eso me hace como te decía esmerarme aún más. Y por ponerte un ejemplo, aunque sea un poco chorra, es algo parecido a Mourihno, que no tiene n nunca palabras bonitas hacia sus jugadores, tildándoles a veces de que son unos vagos y eso les hace estar enfurruñados con él. Ahora me he acordado de un jugador del Sevilla, defensa derecho llamado Romero, que no era muy bueno pero Helenio Herrera le decía por ejemplo cuando jugaba con el Madrid, que tenía que anular a Gento porque era mejor que él. Y llegado el caso ese jugador ponía todo el empeño en que así fuera y por eso dicho entrenador tenía fama de muy bueno por sacarle el jugo y lo mejor de sus jugadores. Así que la mayoría de veces ganaba, precisamente por eso. Además qué te voy a decir yo, cuando sé que eso ya lo sabías tú. Un abrazo
Quiero felicitar a nuestro paisano JUAN PAZOS QUIJADA, (morisco ausente pero muy presente) por los comentarios que aporta a este blog y su sinceridad en los detalles, sin que se le caiga los anillos, y eso le honra. Un morisco que lleva más de 50 años en Cataluña y parece que fué ayer cuando dejo la Puebla, su privilegiada memoria que al plasmarla en este blog nos hace recordar muchas vivencias que por el paso del tiempo casi habiamos olvidado.
Yo animo a Juan que siga ilustrandonos con sus comentarios, y que lo siga haciendo con la sinceridad,nostalgia y cariño que lo está demostrando.
Paco Márquez Sanz
Continuando con el comentario anterior y en referencia a la ropa y calzados usados, he de decir además de lo de ayer, que la ropa era lo que heredaba uno primero en aquellos tiempos. Recuerdo por ello y por tener diez hermanos, el quejarse un hermano mayor que yo en que los pantalones ya viejos de un hermano mayor pasaba a heredarlo un hermano menor y a aquél se le compraba uno nuevo y el que heredaba el viejo se quejaba como no podía ser menos. Así que nuestras madres nos hacían heredar a la fuerza y además teníamos que callarnos porque después podía ser al revés. Qué recuerdos aquellos sobre todo de nuestra ropa para el campo que a veces tenían varios colores de haberse remendado en varias ocasiones. Aquí recuerdo aquellas camisas parecidas a los de la mili que se le ponía un remiendo tras otro que más bien se parecía a los trajes que llevan algunos payasos en el circo y aquello daba un cante, pero del grande. Al igual los pantalones, los zapatos, las sandalias y así toda nuestra vestimenta. Eramos pobres de verdad y, como tales, eran nuestras madres las primeras que se ponían a trabajar para que nuestras vidas fueran lo más llevaderas posibles y eran también las que tenían que dar la cara en pedir fiado, e ir pagando después, para que nunca te denegaran el crédito. El pasar ese bochorno en pedir cuando no se podía pagar, tendría que ser muy duro por vergonzoso, pero eran muy buenas luchadoras e incansables para el trabajo. Un abrazo para todas las madres de aquellos tiempos, y a las de ahora también, por ser las hijas o nietas de las de entonces. Sus recuerdos son imperecederos.
A este señor de Luis Herrera López, con sus 4 hijos casi al final del comentario, no caigo quiénes son, salvo a Jaime Herrera el que estuvo en el banco Banesto allá en la calle Mesones-Pizarra. Este señor lo conocí de vista bastante bien, ya que, mi hermana Ángeles, estuvo de criada con la de Vargas de la calle Marchena, casi pegando al Central, y estuvo cuidando de los hijos de Jaime y de Francisca Vargas. Mi hermana entro de niñera de sus dos hijos, pero al mismo tiempo también hacía de criada. Además ya mi madre estuvo de criada en esa casa y mis cuatro hermanas también. Cuando yo era un niño la Vargas que era viuda estaba considerada una señora que tenía mucho dinero y cuando venía de vacaciones mi madre me hacía ir a su casa a saludarla y era una señora muy buena para nosotros desde siempre. Recuerdo que cuando una de sus hijas no quería un vestido se lo daba a mis hermanas y entonces lo deshacían y lo hacían a medida para una de ellas. Lo mismo con los zapatos. Cuando al señorito Jaime, como así se le llamaba por entonces, ya estaba harto de sus zapatos, se los daba a mis hermanas para algunos de mis hermanos y nos venía de perillas, tanto una cosa como la otra. Recuerdo un par de ellos que eran blanco y marrón tal como se estilaba por entonces y allá que se encontraba mi hermano al que le estaba bueno más chulo que un 8. Además estas cosas estaban casi nuevo todo. También recuerdo a un tal Sierra que estaba casado con la otra hija de Vargas, que éste hubo un tiempo que tenía el Madroñá o la Alcachofa a su cargo, donde un cuñado mío trabajó con él. Después tenía un hijo varón que éste era el padre del rejoneador Ignacio Vargas.