Jun 18 2011

Habla de la Puebla

Incluimos en esta sección un vocabulario compuesto por palabras usadas en nuestra localidad, aunque no solo en la misma necesariamente, que no vienen recogidas en el Diccionario de la Real Academia ni en el Vocabulario Andaluz de D. Antonio Alcalá Venceslada o, cuando las incluyen, lo hacen con una acepción diferente. La sección se va a nutrir básicamente con el contenido del libro Repertorio Lexicográfico de la Sierra Sur de Sevilla, obra de los profesores de La Puebla de Cazalla D. Cristóbal Sánchez Carreño y D. Jaime Rodríguez Moreno, aunque iremos añadiendo algunas aportaciones a la misma. Esperemos que esta nueva sección sea tan disfrutada como las demás por todos los lectores y amigos del El Morisco Blog.

Acerera/ro (ace-aserera/ro): M y F. Oficio imaginario e irónico propio de quien por vagancia o paro no posee otro y tiene como única ocupación ir y venir andando por la acera.

– Mi niño de mayor va ser acerero.
– Y eso ¿qué es?
– Que por una acera se va y por otra se viene.

Acha: Com. Dícese de la persona muy hábil o con ciertas cualidades técnicas o artísticas. Utcadj. En el Inventario general de insultos de Pancracio Celdrán, con mucha distancia de nuestra acepción, se recoge así la voz hacha: “Ramera, fulana, maleta. Es voz de germanía, seguramente formada a partir del masculino hacho, rufián o chulo que la acompañaba; en la lengua de los gitanos, el caló, significa ladrón”.

Víctor León en Diccionario de argot español y lenguaje popular,  el Vocabulario popular malagueño y el Diccionario de argot de Julia Sanmartín anotan hacha con unas acepciones parecidas a la nuestra: “As, persona sobresaliente en algo”, “tipo valiente. Persona hábil” y “persona que destaca en una actividad”, pero si proviene de as, tendría que ser acha sin h como se sostiene aquí y no hacha. Además aquí se ha preferido la forma acha a la forma hacha; porque esta última en el lenguaje hablado daría lugar a jacha, cosa que no ocurre con el término al que nos estamos refiriendo, aunque esta razón no sería definitiva para inclinarse de forma segura por eliminar la h de la grafía de esta palabra. Lo que nos parece más probable es que as, a fuer de ser repetido con una pronunciación ceceante que intenta recalcar esa s final con la que encuentra dificultades, termine por convertirse en cha. Otro indicio favorable de que acha vendría de as se encuentra en El Diccionario del español coloquial de Martín Sánchez, donde incluye la frase ser un as, con la misma acepción que ser un acha. Acerca del origen de la frase ser un as, escribe Néstor Luján en su obra Cuento de cuentos: “Ser un as es, por lo tanto, sobresalir de una manera notable sobre los demás. Y resulta muy probable que provenga del juego de la baraja, en el cual el as suele ser la carta más alta de la mayoría de los juegos”. En relación con la palabra as, dice Sebastián de Covarrubias, en Tesoro de la lengua castellana o española: “Entre gente plebeya, quando dizen: Sois un as, se entiende estar la palabra truncada, y dezirle asno”. Algo similar ocurre en la actualidad y diciendo “eres un acha, un acha” se continúa: “una chaqueta vieja”.

Pancracio Celdrán, pero ahora en su Libro de los elogios, comenta esta palabra escribiéndola como hacha y diciendo de la misma que “ser un hacha es tanto como dominar una actividad, sobresalir en algo. Se emplea en sentido figurado con el valor semántico de <<persona fuerte y capaz, que puede llevar a cabo cualquier actividad, o desempeñar cualquier cometido con éxito y suficiencia>>. El hablante tiene in mente la acepción principal del término <<instrumento de hierro cortante>> con el que se establece una comparación tácita que todos entienden. No falta quien ha querido ver el origen de la frase en la costumbre de alumbrarse con hachas o antorchas para no perderse ni tropezar por las calles de la Roma clásica, uso que terminó por prohibirse y otorgarse sólo como deferencia para quien se hubiera distinguido en acciones importantes”: “Mira qué bien he arreglado el grifo ¿a que soy un acha?”

Ajoporro: M. Especie de ajo silvestre no comestible: “Y allí estaba con el frío, que se había quedado más tieso que un ajoporro“.

Alcandora (arcandora): Adj. Dícese de la muchacha alocada y sin recato. Utcs. Es voz que también existe en caló aunque con un significado muy diferente: percha. En el DUE encontramos ciertas pistas acerca de este vocablo, así por ejemplo recoge alcandor diciendo que es “cierto afeite usado por las mujeres” y también que alcandora antiguamente era cierta “prenda de vestir semejante a la camisa”, que es la significación documentada en el DRAE. Por último registra alcándora como “antiguamente, hoguera o cualquier clase de llama que se encendía como señal”. En lo que a nosotros respecta, no despreciando la relación que podría mantenerse entre nuestra alcandora y la alcándora del DUE, encontramos más verosímil que tenga que ver con alcandor y que terminara por decirse alcandora a quien con frecuencia gustaba usar del alcandor; el tono reprobativo concuerda excelentemente con una cierta tradición crítica respecto de las mujeres que usan pinturas y adornos para estar más atractivas. En el Vocabulario andaluz se dice que alcandora es la mujer métome en todo que habla demasiado, un significado quizás no idéntico pero muy próximo: “Niña, no seas tan alcandora y cállate hasta que te pregunten”.

Alegría: F. Utspl. Rajas practicadas en las tostadas para que penetre el aceite empapando la masa del pan: “Haciendo las alegrías me corté la mano con el cuchillo”.

Alpaca (arpaca): F. Fardo de paja. Paca. Con otras acepciones en DRAE y DUE: “La otra mañana vimos en la autovía un camión lleno de alpacas que estaba ardiendo”.

Amargujear (amargujeá): Intr. Amargar ligeramente: “Los días que llevan las aceitunas aliñadas y todavía amargujean“.

Amoragarse (amoragarse-ze): Prnl. Relajarse, cesar en la disputa o en la inquietud. El DRAE recoge esta voz con un sentido muy distinto: “Asar en la playa con fuego de leña sardinas u otros peces o moluscos”. Pero recoge también la voz amorgar con la que encontramos conexión aunque no sea éste un término usado en la comarca: “dar morga o coca de Levante a los peces para atontarlos o matarlos”: “Coge al niño en brazos y mécelo un poquito a ver si se amoraga y se queda dormido”.

Apamplada/do (apamplá/plao): Adj. Dícese de la persona torpe en sus determinaciones o reacciones. Atontada: “¿Juani, estás apamplado? ¿no ves que te reboza el café?”.

Apartar (apartá): Tr. Empezar o comenzar. Dice la coplilla:

“José Pirulé,

puso un huevo en la pared,

los chiquillos de la escuela,

apartaron a correr”.

Apuradera (apuraera): F. Vara de aproximadamente dos metros y medio usada para derribar la aceituna en la recolección de ésta. En el Vocabulario andaluz se dice que  es “vara de un metro aproximadamente con la que se derriban las aceitunas más altas del olivo desde la copa o en escalera”, pero se está refiriendo obviamente a la apuradera corta también llamada palillo* o manotillo*. Rodríguez Castellano y Palacio en El habla de Cabra. Vocabulario con el mismo significado aportan la voz depuradera. El DEA incluye entre sus entradas apurridera a la que define como “utensilio agrícola para alzar los haces de mies o hierba hasta el carro”: “Las mejores apuraderas son las de madera de castaño”.

Arrastracadena (rahtracadena): M. Personaje de los cuentos infantiles. Fantasma: “Bastaba con decirles que iba a llamar a los arrastracadenas y no chistaban”.

Arrechucharse (arrechucharse-ze): Prnl. Hacerse muy amiga o amigo de alguien en muy poco tiempo. El significado de esta palabra contiene un matiz crítico: “Si no quieres tener después disgustos lo mejor es no arrechucharse ni coserse la camisa con nadie”.

Arreguincharse (arreguincharse-ze): Prnl. Agarrarse colgando de algo. Con el mismo significado, la variante renguinchar es usada por A. Burgos en Mirando al mar soñé: “Las carmelas, que se subía el tío renguinchado en la barra para pararlas” (pág. 81): “Menos mal que al caerme de la higuera pude arreguincharme a una rama que si no voy al suelo”.

Arreguindarse (arreguindarse-ze): Prnl. Ver arreguincharse*. En Gracia y desgracia de Utrera de Salvador de Quinta encontramos esta palabra con nuestra acepción: “Se acabaron aquellos coches en los que tantas veces nos montábamos y en los que, siendo niños, nos <<arreguindábamos>> expuestos a que el cochero, porque aquello debía desequilibrarle el vehículo, nos cruzara la cara con el látigo” (pág. 56): “Si no quieres caerte arreguíndate a los pelos del pecho”.

Avellana (arbeyana): F. Cacahuete: “Los avellaneros* iban pregonando por las calles: ¡Garbaaanzos y avellaaanas buenaaas!”.

Baldeo (bardeo): M. Paseo de corta duración sin un propósito concreto. Utdim. En el DRAE aparecen dos entradas de las cuales nos interesa en principio la primera: “Acción y efecto de regar con baldes cualquier suelo, en especial las cubiertas de los buques con el fin de refrescarlas”. Probablemente esto ha guiado a Payán Sotomayor en su El habla de Cádiz a decir que baldeo, con el significado que se le ha dado aquí, coincidente con el suyo, tiene connotaciones marineras, hipótesis que podría quedar reforzada aunque por otros argumentos atendiendo a lo que Corominas y Pascual en su Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico dicen acerca de la existencia en portugués del verbo baldear uno de cuyos significados sería el de trasbordar mercancías o pasajeros, siendo que baldeo podría estar indicando ese movimiento de personas. A nosotros nos parece que baldeo, puede tener relación con los términos recogidos en el DRAE de balde o baldo, en sus respectivas acepciones de gratuito y ocioso. En Diccionario de argot español y lenguaje popular, se documenta baldeo como voz marginal significando navaja. Antonio del Pozo en El habla de Málaga, informa tanto de nuestra acepción como de esta última de navaja, pero en ambos casos referidas a la forma bardeo. Por último el DEA, entre otras acepciones, incluye la frase pegar un baldeo como significando acuchillar a alguien. Ej. “A ver niños daros un baldeíto y nos dejáis un rato tranquilos”.

Bambo: M. Vestido ligero sin mangas usado por las mujeres en el verano: “Este verano me voy a hacer un bambo fresquito para estar en la casa”.

Bollo (boyo): En la expresión buscarle a uno el bollo, ocasionarle un perjuicio o daño. En el Vocabulario popular andaluz bollo es lío, complicación, ruina. Como lío o jaleo lo documenta el DEA. ” A Currito lo pilló un coche pero luego le buscó el bollo al tío y bien buscado”.

Bomba/bo: Adj. Dícese de la persona con el aspecto como encendido porque está harta de llorar o comer. Utmdim. En el Vocabulario andaluz se define bombo en su sentido genérico de harto, repleto, aunque en nuestra opinión sólo debería aplicarse en relación con los dos verbos citados. En el DUE estar bombo es estar aturdido por una noticia o suceso inesperado: “Mira si será tranquila que hasta que no vio al niño bombito de llorar no le dio el biberón” y “Me he comido un guiso de patas y me he puesto bombo. Veremos a ver”.

Bombo: M. Barriga. Con otra acepción en DRAE, DUE y Vocabulario andaluz. El DEA lo cita como vientre hinchado por el embarazo: “Me voy a llenar el bombo que son las dos y no he comido nada desde esta mañana”.

Boquilla (boquiya): F. Parte superior de la pared en la que descansa el alero de un tejado. Con otras acepciones en DRAE, DUE y Vocabulario andaluz: “Cuando venga el encalador que repase bien las boquillas que es lo que está peor”.

Caballito (cabayitoh): 1. Fr. En la forma meter por los caballitos, golpear con los puños. 2. M. Tapa consistente en una loncha pequeña de jamón pasada por el aceite y servida sobre un trozo de pan frito. Con otras acepciones en DRAE y DUE: “Le tuve que meter por los caballitos porque me mentó a mi madre” y “La tapa de caballito es delicada porque si el jamón se pone muy salado ya no está buena”.

Caballo (cabayo): En la frase ¡tus muertos a caballo!, es insulto muy ofensivo: ” ¿Que yo me rajé? ¡Tus muertos a caballo!“.

Cabete: M. Cordón de los zapatos. Utmpl. Encontramos lo siguiente en el DUE: “Remate de metal que se pone en un cordón, cinta, etc.; por ejemplo, en los cordones de los zapatos, para pasarlos fácilmente por los ojetes”. López, Galán y Naveros en su El habla de Baena. (Aproximación pedagógica) dicen que el cabete es sólo el cordón redondo de los zapatos: “Amárrate los cabetes que los llevas sueltos y te vas a caer”.

Cagalástima (cagaláhtima): Loc. adv. Precedido por de, de casualidad o chiripa: “Aprobé el examen de cagalástima porque yo, la verdad, ni me lo había mirado”.

Cañadúz (cañadú): Adj. Dícese de la naranja dulce. Según el DRAE es: “Del latín canna, caña, y duz. 1. f. Andalucía y Colombia. Caña de azúcar”. De esta misma forma en el Vocabulario andaluz: “Antiguamente las naranjas cañaduz venían liadas en un papelito fino”.

Cañivana/no (cañibana/no): Adj. Variedad de aceituna y olivo. La aceituna es de buen tamaño aunque algo menor que la alameña, su forma es también alargada y picuda, el color rojizo y el hueso grande. El árbol tiende a crecer hacia la altura alcanzando una excelente talla entre los de su clase. Utcs. En el Vocabulario andaluz, se dice que la aceituna cañivana es la alameña, aunque en nuestra comarca se trata de frutos distintos: “Tengo en el Puerto de la Calera dos fanegas de cañivanos que me dan por ellos lo que pida”.

Cáscara (cáhcara): En la expresión ser de la cáscara amarga, ser afeminado u homosexual. Respecto de esta expresión dice el DRAE que tiene dos acepciones: “1. Ser travieso y valentón. 2. Ser persona de ideas muy avanzadas”. En el Inventario general de insultos, también se defiende esta línea aunque se matiza: “El término no estaba connotado positivamente; se entendía por cáscara amarga el individuo de vida licenciosa y excesivamente libre, de quien nada bueno cabía esperar, y gastaba su tiempo en conversaciones tan largas como inútiles, de las que sólo se sacaba los pies fríos y la cabeza caliente”. Con nuestra acepción en una serie de colaboraciones de M. Barrios en ABC de Sevilla de la que entresacamos la siguiente: “Cuando nuestro Ministerio de Defensa estima que es <<una cuestión puramente personal la declaración pública de la homosexualidad>>, no me parece un desatino el intento de ofrecer, en artículos intermitentes, una minihistoria de la <<cáscara amarga>>”. (19/09/00). Con nuestra significación en DEA: ” Frasquito, a ver si con esos meneos me vas a resultar de la cáscara amarga“.

Cascarreña/ño (cahcarreña/ño): Adj. 1. Dícese de la persona con un timbre de voz estridente. 2. Dícese del trompo que salta al bailar: “Por mucho barullo que haya se conoce cuando Frasquito discute en la taberna por lo cascarreño que resulta” y “Ese trompo es cascarreño porque tiene la púa ladeada”.

Casquijo (cahquijo): M. Comida, alimento. El Vocabulario popular malagueño anota casquijo como trabajo, faena. En el DRAE casquijo es la “cantidad de piedra menuda que sirve para hacer hormigón y, como grava, para afirmar los caminos”. En DEA se documenta generámicamente como fruto seco: “De boda buena, nada, lo primero que allí no hubo apenas casquijo“.

Castellana/no (casteyana/no): Adj. Dícese de toda persona que no es gitana. En el Vocabulario andaluz se registra esta voz significando noble, sincero, campechano y se ilustra con una copla popular que, en cambio, parece avenirse mejor con la definición hecha por nosotros:

“Estoy queriendo a un gitano
que tié mejores partías
que si fuera un castellano”.

Con otras acepciones en DRAE y DUE. En “Rosario la aceitunera” (pág. 31) del Cancionero de José Melero, con la misma acepción que presentamos aquí:

“Que no es gitana, lo sé,
es castellana, morena;
pero tiene tanta gracia,
que si el Faraón la viera,
sublevaría a los gitanos
para que reina la hicieran”.

Igualmente en Sangrefría (pág. 33) de A. Hernández: “Curiosamente, y no quiero pensar que haya habido un injerto payo en su sangre, Manolo lo tiene rubio como el oro, rareza entre los de su ralea que ya ha hecho que uno de la concurrencia le grite o que se lo pinta como un maricón o su padre era más castellano que la meseta norte”.

En El arte del insulto (pág. 79) se afirma: “Frente al despectivo e insultante payo la palabra neutra en caló es castellano (aunque sea de otra región), y es la que usan los propios payos para distinguirse a sí mismos de los gitanos, como en estos proverbios: a cuenta de los gitanos, hurtan muchos castellanos”. Para el DEA, castellano es el apelativo que usan los gitanos para designar a la persona no gitana: “Lo vi venir con bigote, mascota y bastoncito de caña y después resultó que era castellano“.

Cata/to: Adj. Dícese de la persona zurda. De zocata. Utcs. Con otra acepción en DRAE y DUE: “Como era cato jugaba muy bien de extremo izquierdo”.

Chivata (chibata): F. Cesta hecha de malla que deja ver lo que transporta en su interior: “Para ir a por el vino no te lleves la chivata, coge mejor la capacha de palma”.

Chumbo: M. 1. Vaso muy pequeño. 2. Su volumen en aguardiente o coñac. Utmdim: “En invierno hasta que no me tomo un par de chumbitos de aguardiente no me entra el cuerpo en caja”.

Cojones (cojoneh): Loc adv. En la expresión a los cojones del gallo, muy tarde, en última lugar. Tiene su origen la significación en que esta expresión es una transformación de a los huevos del gallo, y hacer algo a los huevos del gallo es nunca porque, claro está, el gallo no pone huevos: “¿Te vas a quejar de no haber pillado nada en el convite después de que llegaste a los cojones del gallo?”.

Golimbrear (golimbreá): Intr. Indagar en asuntos que no conciernen. Golimbrear es el equivalente a lo que el DRAE define en una de sus acepciones de oler: “Inquirir con curiosidad y diligencia lo que hacen otros, para aprovecharse de ello o con algún otro fin”. Se forma a partir del vulgarismo goler que también da el mucho más extendido güele en la tercera persona del presente de indicativo. No hemos constatado sin embargo el sustantivo golimbre por olor y tan sólo tenemos constancia de esa forma en un apodo “La Golimbre” de Puebla de Cazalla recogido por Rodríguez Moreno y Sánchez Carreño en Rosario de voces y claros linajes de La Puebla de Cazalla. Una investigación lexicográfica y también su uso como apellido jocoso por Camuñez Ruiz en Escrito en el parque. Anécdotas judiciales y otras cosas: “- Bien, ¿Cuál es el nombre del testigo? – Carlos Riestro Golimbre, indicó la mujer”. (pág, 97). DRAE y DUE recogen como de Badajoz golimbro: aficionado a comer golosinas y como de Andalucía y Cantabria golimbrón con el mismo significado. En cuanto al Vocabulario andaluz, registra goler como vulgarismo y golimbre y golimbrón como sinónimos de golosos: “Tu comadre Currita es temible, está siempre golimbreando en casa de las vecinas”.

Gutipando: M. Soponcio, patatús: “Al chófer del autobús le entró un gutipando y por poco no nos estrellamos”.

Harria (jarria): F. Variante del salmorejo en La Puebla de Cazalla que contiene menos pan y aceite que éste. Quizás tenga relación con harria que según el DRAE sería sinónimo de recua: “Conjunto de animales de carga, que sirve para trajinar”. La relación que encontramos está basada en que quizás la jarria fue alimento común del arriero o harriero. En favor de esta hipótesis apuntaría el que en algunos lugares de la comarca hay un plato que se llama ajo arriero, cuya composición sería muy parecida a la de la jarria y cuya relación con la persona que desempeñaba el oficio de conductor de la harria está plenamente justificada. Se dice en la Revista de Feria y Fiestas de 1.998 de la mencionada localidad: “Tertulia cofrade: 14,00. Tradicional jarria. Noche. Actuación CRISTAL”. (Pág. 3): “Como una buena jarria fresquita con su huevo picado no hay nada en el verano”.

Hondilón (jondilón): M. Sima, hundidero. En el Vocabulario andaluz cierto tipo de tabernas de Málaga: “Con tantas aguas ha habido corrimiento de tierras y se ha abierto un hondilón“.

Lazareto (lasa-zareto): M. Personaje imaginario que se dedicaba a raptar a los niños para chuparles la sangre. Mal-lázaro*. Se usa también la variante lazarete. Quizá el origen de esta denominación esté en el terror que durante mucho tiempo se tuvo de los leprosos que eran quienes según DRAE y DUE vivían en un lazareto. En El arte del insulto (págs. 134) se recogen las formas lazarino, lazaroso propias de una enfermedad (no se especifica cuál pero se las relaciona junto con leproso) lo cual refuerza nuestra hipótesis. También se recoge (pág. 176) lázaro como sinónimo de pobre o mendigo: “Cuando se haga de noche hay que venirse a la casa porque vienen los lazaretos y se llevan a los niños”.

Lechucería (lechucería-sería): F. Chuchería, golosina. Para el Vocabulario andaluz esta voz significa, curioseo, fiscalización indiscreta: ” No darle a los niños lechucerías antes del almuerzo que luego no comen”.

Lechuza/zo (lechuso-zo): Adj. Dícese de la persona a quien gusta comer lechucerías*. Dice el DRAE que la lechuza es un ave rapaz nocturna, de unos 35 centímetros de longitud desde lo alto de la cabeza hasta la extremidad de la cola, y aproximadamente el doble de envergadura, con plumaje muy suave, amarillento, pintado de blanco, gris y negro en las partes superiores, blanco de nieve en el pecho, vientre, patas y cara; cabeza redonda, pico corto y encorvado en la punta, ojos grandes, brillantes y de iris amarillo, cara circular, cola ancha y corta y uñas negras. Es frecuente en España, resopla con fuerza cuando está parada, y da un graznido estridente y lúgubre cuando vuela. Se alimenta ordinariamente de insectos y de pequeños mamíferos roedores. Tal vez el origen del significado de lechuzo tal y como lo hemos presentado, se derive de la creencia popular, recogida por Antonio Machado en “Apuntes” III de sus Poesías completas (pág. 184):

“Por un ventanal,

entró la lechuza

en la catedral.

San Cristobalón

la quiso espantar,

al ver que bebía

del velón de aceite

de Santa María.

La Virgen habló:

Déjala que beba,

San Cristobalón”.

También por F. Umbral en Pio XII, la escolta mora y un general sin un ojo: “que se bebían el vino de los muertos como las lechuzas se bebían el aceite de las lámparas en mi parroquia de San Miguel” (pág. 138) y según la cual las lechuzas chupaban y se bebían con avidez el aceite de las candilejas como si fuera una golosina. Esta idea la recoge también El arte del insulto (pág. 124) en dónde a lechuzo se otorga la consideración de borracho: “Lechuzo (<<bebedor insaciable>>) se basa en la creencia, recogida por Machado en un poema, de que las lechuzas son <<aves que se beben hasta el aceite de la lámpara del Santísimo>>”. En DRAE y DUE también se dice que lechuzo (tal vez porque chupe) puede ser el recaudador “que anda en comisiones, y se envía a los lugares a ejecutar los despachos de apremios y otros semejantes” o por la misma razón el muleto que aún no ha cumplido el año. En Diccionario de argot español y lenguaje popular lechuzo significa tonto, poco despierto. En Memorias de un zagalillo andaluz con nuestra acepción aunque figuradamente: “En tal arroyo hay hierba en cantidad; como solo llevas cuatro vacas puedes entrar por tal linde. Yo no puedo, ¡son tantas cabras y tan lechuzas!”. (Pág. 41).

Por último, en El libro del aceite y la aceituna (pág. 36), también se consigna al respecto lo siguiente: “Siempre se ha relacionado a la lechuza con el aceite y se dice que este animal nocturno vive en los olivares y se alimenta del aceite de las lámparas de las iglesias y los cementerios. Por la noche vuela entre los olivos y con su grito llama al aceite. Este grito hace que las aceitunas tengan más aceite y aumente la producción. En algunos lugares a las personas a las que gusta mucho el aceite se les llama en tono festivo <<lechuzas>>”: “Ese niño es tan lechuzo que nada más que come chucherías”.

Lendrero: M. Ensalada de agua, sal, aceite y vinagre con cebolla muy picada. Es ésta una voz derivada de liendre de la que el DRAE dice que es huevo de piojo, que suele estar adherido a los pelos de los animales huéspedes de este parásito. Este huevo, al menos en el piojo de los seres humanos, tiene un color blanquecino que lo asemeja en cierta forma a los trocitos de cebolla picada que nadan en la ensalada llamada lendrero que toma de esa semejanza su nombre: “Hay quien no se puede comer la pringá como no sea con un lendrero”.

Lunaria: Adj. Dícese de aquella fruta y particularmente de la aceituna, robada por la noche. Utmpl. 2. Dícese de la persona que cambia fácilmente de parecer o de humor. Voltaria: “En la feria muchas de las aceitunas aliñadas que se comen son lunarias“.

Mal-lázaro: M. Personaje imaginario con que se asusta a los niños. Ver lazareto*. Es usada también la variante madrezalázaro. En el DEA se comenta que el mal de San Lázaro es la lepra: “Niños, como seáis malos llamo a los mal-lázaros“.

Mangurrina/no: Adj. 1. Dícese de los naturales de Soria que venían a trabajar generalmente en el comercio textil o en los molinos de aceite. Utcs. 2. Dícese de la persona floja y poco diligente para el trabajo. Es término polisémico y poco preciso, así, José Mª de Mena en Costumbres andaluzas dice que mangurrino es el “jornalero que pasaba de una a otra provincia a trabajar en ciertas épocas del año. En Málaga y Granada donde iban los braceros de las zonas más pobres y deprimidas de Almería, la palabra <<mangurrino>> equivalía a almeriense. En Córdoba los <<mangurrinos>> eran los jornaleros que bajaban desde Castilla en la época de la siega. Literalmente mangurrino significa que trabaja con sus manos: bracero”. Francisco Rivero en El año solar la utiliza en un contexto de comercio que entendemos próximo a nuestra significación: “impulsado por el pragmatismo propio de su instinto comercial -no en balde era mangurrino encastado en sefardita“ (pág. 49.). En el Vocabulario andaluz se documenta que mangurrino es el modo de designar en las provincias de Jaén y Córdoba a los campesinos de Granada y Almería y además se incluye la forma mangurro/rra diciendo que es “en la provincia de Córdoba, el campesino natural de la de Granada”. El Vocabulario de Priego de Córdoba y su comarca explica mangurrino como “sucio, asqueroso, sin aseo ni higiene”. En el Vocabulario popular andaluz a éstas se añade la de vago y maleante. En el Vocabulario popular malagueño se comenta así la entrada: “Tipo sucio y de mal aspecto. Avaro. Personaje de poco carácter, pobre y aventurero. (En realidad, es un tono despectivo que se da al vocablo, que en principio venía a significar <<trabajador manual o manijero>>”. El habla de los Montes Orientales lo define de esta forma: “En los años 60-70 se llamaba así a los segadores que venían de Almería. Actualmente queda como apelativo despectivo de las personas desastradas o de poca valía”. Según El habla de Jerez mangurrina es la “persona despreciable, de baja condición moral”. Por último el Diccionario de argot español y lenguaje popular incluye mangurriño con las siguientes significaciones: “Maleante, ratero. // Desleal. // Cacereño (apodo que les dan los de Badajoz)”, y el Diccionario de argot de Julia Sanmartín mangurrino/na con éstas otras siempre abundantes en lo despectivo: “1. Delincuente de baja categoría. Indigente. El sentido de la voz mangui adquiere unas connotaciones peyorativas al añadir esa especie de sufijo –urrino (tal vez por analogía con gorrino). 2. Mendigo que busca alimentos en los cubos de la basura. 3. Persona poco fiable y despreciable. Sinvergüenza”. “Eres más torpe que un mangurrino, se dice en La Puebla de Cazalla”.

Meco: M. Golpe dado con el puño. En algunas partes de Córdoba dicen meque según se recoge en el Vocabulario de Priego de Córdoba y su comarca que además informa que es voz actualmente en desuso. El Vocabulario andaluz anota varias entradas para este término, la primera es golpe que se recibe en la cabeza, la segunda, coincidente con el DRAE, dice que meco es el puazo que el juego del peón se da al trompo del contrario, la tercera y más curiosa dice que se aplica a la persona sin vello en las partes pudendas. En Así hablamos también el español andaluz se explica meca como torta, guantada. En el Tumbaburros de la picardía mexicana se documenta meco aunque con significados bien diferentes: “Tonto. También es apodo de mecanógrafo” y ya en plural diciendo: “Mecos o mermelada de membrillo. Semen”: “En las películas de Eddie Constantine daban muchos mecos“.

Meringote: M. 1. Crema cosmética. 2. Jarabe o bebida de botica de sabor poco agradable. También es utilizada la variante miringote. El Vocabulario andaluz conoce la segunda acepción y nos dice que meringote puede ser una mezcla de varias bebidas. A nuestro parecer meringote ha de derivar de merengue, en función de la consistencia cremosa que ambos poseen: “¡El presupuesto que necesitan algunas para los meringotes que se echan en la cara!” … “Antes que ponerme una inyección no me da nada de tomarme los meringotes que hagan falta”.

Mellizcle (meyihcle): Adj. Dícese de la niña o niño sin algunos dientes porque está mudando los de leche. Melleta o melleto: “Como está mellizcle dile que diga grifo o garrafa y verás”.

Papocha: F. Pedazo de pan de cuya miga se extrae un trozo impregnando el hueco en aceite de oliva y azúcar, o en aceite, vinagre y sal, tapándolo a continuación. El Vocabulario andaluz registra y explica papocha como sopa fría y empapochar como “saturar una cosa de líquido, empaparla”. La cocina de Sevilla en su salsa, describe la papocha del Vocabulario andaluz como pachocha, dándola como comida típica de Fuentes de Andalucía y explicando que se compone de “pan, agua, aceite, vinagre y sal. (Se toma al levantarse de la siesta)”. Con nuestra acepción en Memorias de un bolchevique andaluz de Pepe Gutiérrez: “Aunque yo era el niño bonito al que se le ofrecía lo mejor y se le arropaba con toda clase de mimos, me quejaba de las meriendas -<<¡Siempre papocha!>>-, con aquel flanco de un kilo de pan blanco bañado en aceite y un toque de azúcar o de sal”. (Pág. 30): “Esta tarde para merendar me voy a hacer una papocha que hace tiempo que no me la como”.

Perrengue: M. Cántaro pequeño. En el Vocabulario andaluz se dice que es para llevar vino, en nuestra comarca no tenemos referencia de dicho uso y se destinaba a contener el agua de beber de los trabajadores del campo: “Cuando pases por el pozo de Marcos no se te olvide llenar el perrengue”.

Rabiza (rabisa-za): F. 1. Extremo final de un látigo. Tralla. La documenta el ALEA con esta acepción. 2. Últimos vagones de un tren. Viene de rabo. En el DRAE se registra, en una de sus acepciones, como voz propia de germanía significando ramera muy despreciable. Cela con este mismo sentido le dedica el libro Izas, rabizas y colipoterras. Igual en el Gran diccionario erótico. Con nuestra acepción en Tiempos difíciles. Memorias de un trabajador (pág. 41): “Yo con el látigo, esta vez con la rabiza no los dejé, les daba en las piernas y no había ninguno que fuera capaz de acercarse a mi”: “Las mejores rabizas para látigo son las de cuero de cochino” y “Como íbamos en la rabiza del tren hicimos un viaje malísimo”.

Un segundo contenido de esta sección va a estar constituido por algunas expresiones que caracterizan el habla idiosincrática de nuestra localidad, aunque en este caso no están escogidas conforme a criterios de su no inclusión en otros diccionarios o repertorios. Al igual que en el caso anterior, la mayoría de ellas provienen de las recogidas por los mencionados profesores, esta vez en su libro “Rosario de voces y claros linajes de La Puebla de Cazalla”, que los amigos del blog interesados pueden encontrar y consultar en nuestra sección Biblioteca.

¡Al luri!.- En los juegos infantiles voz que anima en la carrera a llegar el primero.

Al linte.– Instantáneamente.

A pique.- A punto de faltar poco para algo.

A suerte y verdad.- Hacer algo salga como salga y cueste lo que cueste.

Bajarse el pilón.– Practicar el cunnilingus.

Caer en la cama.- Dar a luz.

Cantar la gallina.- Desistir en un empeño.

Cobrar en el banco pajarito.- Quedarse sin cobrar alguna deuda.

Coger carretera y manta.- Irse de un lugar.

Coger el dos.- Irse andando.

Coger el tranquillo.- Captar lo esencial de un trabajo o una actividad y hacerlos con facilidad.

Coger una escampavía.- Salir corriendo sin rumbo.

Cogerla de cuadritos.- Coger grandes borracheras.

Comerse el manso.- Consumir o gastar hasta la última parte de una cantidad o cosa.

Comerse la Biblia.– Gastar o consumir todo lo que se tenga.

Cortijo de los Callaos.- Cementerio.

Coserse la camisa con alguien.– Arrechucharse, hacerse muy amigo de ese alguien.

Dar la cabezá.- Dar el pésame en la iglesia.

Dar las boqueadas.– Estar muriéndose.

Dar un palo a la burra.– Hacer algo en favor de un propósito.

Dar un tirito.– Hacer una insunuación.

Dar una puntaíta.- Hacer una insinuación.

Darse la pechá.– Hartarse.

De bote en bote.- Repleto, lleno completamente.

De cagalástima.– De casualidad, sin motivo fundado.

De marca mayor.– Aplicado a algo, significa que es muy destacado, importante o grande.

De vávula.- De balde, gratis total.

Dejar a raspaterrón.- Asolar, cortar o arrancar algo completamente.

Dejar por chifle.- Darse por vencido.

Echar un ojito.- Preparar agua con jabón o detergente para lavar a mano o fregar.

Echar una firma.- Menear la copa de cisco o brasero para reavivar las ascuas.

Echarse la viga al hombro.- Empezar a hacer algo por difícil que sea su continuación.

El to que to.- Lo importante de un asunto o materia.

Entrar el cuerpo en caja.– Sentir el cuerpo en su ser.

Entrar la risita del conejo.- Adquirir la expresión facial del que se está muriendo.

Entregar la cuchara.– Morirse.

Estar a la zonga vilonga.- Estar a gusto y descuidado de trabajo.

Estar corriendo con alguien.– Ser el querendón de esa persona.

Estar empicado.- Hacerse adicto a algo.

Estar en clo.- Estar en cama.

Estar en lo regado.– Estar en la mejor circunstancia o situación.

Estar entregado.– Estar muy delgado, consumido.

Estar en un manchón.– Estar en buena situación o circunstancia favorable.

Estar hecho un brazo de mar.- Ser el que dirige y manda o lleva la voz cantante.

Estar hec ho un ecce homo.– Aparecer maltratado y herido sobre todo en la cara.

Haber ropa tendida.– Presentarse alguien que impide proseguir la conversación tenida hasta el momento.

Hacer sábado.- Limpieza doméstica general más en profundidad que la diaria.

Hacer a rajatabla.- Hacer algo rigurosamente.

Hacer de carretilla.– Hacer algo con mucha facilidad.

Hacer la rabona.- Faltar a la escuela.

Hacer pe.- Inhalar el humo del cigarrillo hasta los pulmones.

Hacer una hechuría.- Hacer algo dañino o gamberro.

Hacer una inquisisión.– Hacer a alguien o a algo una una acción muy perjudicial o dañina.

Hacerse el longui.- Hacerse el inadvertido.

Ir de bracero.- Ir cogidos del brazo.

Joder la marrana.- Molestar o perjudicar la intención o los actos de otra persona.

Liarse la manta a la cabeza.- Tomar una resolcuicón y ponerse a ella sin reparar en consecuencias.

Llevar en cucú.- Transportar a alguien asubido en la espalda y agarrado por las piernas.

Matar el toro.– Resolver un asunto.

Menear el bigote.- Comer.

Meter la bacalá.– Engañar o falsear.

Meter las cabras en el corral.- Obligar a alguien a hacer algo que no desea.

Meter un gato.- En el dominço introducir una ficha que no corresponde.

Meter un viaje.– Dar un golpe.

No estar muy católico.- No encontrarse bien física o mentalmente.

No ver ni el punto de las doce.– Se dice de la persona bruta y sin luces.

Partir el melón.- Realizar el acto sexual.

Partir las peras.- Pelearse, romper relaciones.

Pasar el quinario.– Pasar por un trance de gran dificultad.

Pasar el río sin pasaeras.- Pasar una circunstancia muy adversa.

Pastel de callejuela. Mierda.

Picarle a uno el culo.- Ser afeminado u homosexual.

Pillar un bache.– Coger una buena ocasión para obtener un provecho.

Poner como un trapo.– Injuriar a alguien.

Poner el mingo.- Hacer algo que llame la atención de los demás escandalosamente.

Poner hasta la corcha.- Llenar algo completamente.

Poner punto.– Empezar las vacaciones escolares.

Ponerse moños.- Atribuirse cualidades no poseidas verdaderamente.

Quedar para simiente de rábano.- Quedar reducido a un papel de escasa consideración.

Quedarse como un pajarito.- Morirse instantáneamente.

Quedarse con los patas colgando.– Quedar muy sorprendido súbitamente.

Quedarse en las guías.– Quedarse muy delgado.

Quedarse en pares mangas.- Quedarse desnudo.

Quedarse en tierra.– Perder un viaje.

Quedarse moro.- Se le dice del no bautizado o del que fracasa en un negocio por carecer de valedores.

Quedarse perruchi.- En lenguaje de niños quedarse sin dinero.

Querer coles.– Aceptar la proposición de otro.

Querer teta y sopa.– Querer todas las opciones a un mismo tiempo sin renunciar a ninguna.

Saber de su obligación.- Saber leer y escribir y las cuatro reglas artiméticas.

Salir como los perros de Panilla.- Salir corriendo rápidamente.

Salirse del tiesto.– Apartarse de la norma.

Ser capaz de contarle los pelos al demonio.- Ser muy listo.

Ser de la acera de enfrente.– Ser homosexual.

Ser la caraba en bicicleta.– Ser de lo que no hay.

Ser un montón de tierra.- Se dice de la persona anciana que no puede moverse ni valerse por sí misma.

Tal que está.– Expresión que repetida, sirve para manifestar el paso del tiempo.

Tener castaña.- Se dice de la persona de trato difícil o de negocio de ejecución complicada.

Tener el muelle flojo.– Tener el vientre suelto.

Tener mala pata.– Tener mala fortuna.

Tener mala sangre.– Ser despiadado y cruel.

Tener media lengua.- Se dice de quien pronuncia las palabras con dificultades en su articulación.

Ter una costilla atravesada.- Ser muy vago.

Tener vena.- Ser homosexual.

Tirar los tejos.- Insinuarse.

Tirar un timo.– Hacer una insinuación.

Tirarse un pegote.- Atribuirse sin fundamento una cualidad.

Tocarse de los nervios.– Tener un ataque de nervios.

Tomar interés.– Tenerle a alguien antipatía.

Traje de madera.- Ataúd.

Venirse la carga atrás.- Cagarse.

Por último incluiremos, asociadas fundamentalmente a la misma fuente, una colección de comparaciones de uso muy frecuente en el lenguaje popular de nuestra localidad aunque, obviamente, no sean en todos los casos una creación de los hablantes de La Puebla de Cazalla. Por otra parte las comparaciones, sobre el interés léxico que puedan tener, son además significativas porque, como ese trata de proposiciones que básicamente establecen una cierta identidad entre dos términos, encierran un juicio de valor a través del cual se puede indagar acerca de cómo concibe el mundo la comunidad que las usa y cuál es su psicología. Esperamos que disfrutéis con su lectura (algunas son verdaderamente graciosas) y que si lo tenéis a bien nos hagáis llegar algunas que no estén incluidas aquí.

Aguantas más que un pez debajo de agua.

Apesta más que un nido de bujitos.

Caga más que un cizón.

Caga más que un mirlo.

Charla más que El Imparcial.

Charla más que la Jimenita.

Charla más que un sacamuelas.

Come más que la orilla de un río.

Come más que una lima sorda.

Da más vueltas que un maricón en una feria.

Duerme más que el casero del Vínculo.

Duerme más que los gusanos de seda.

Duerme más que un lirón.

Duerme más que un moisés.

Echa más mentiras que un folleta.

Escucha más que un cochino perdido.

Es más bajo que un trastojo de papas.

Es más basto que un serón.

Es más basto que unas bragas de vareta.

Es más bonito que un San Luis.

Es más borde que un jarrillo de lata.

Es más borrico que un arado.

Es más caro que una mortaja.

Es más cobarde que un cucu.

Es más corta que al agua del Sotillo.

Es más cumplido que la muerte.

Es más delicao que una paría.

Es más dominanta que doña Ana Calderón.

Es más duro que la rodilla una cabra.

Es más duro que una herriza.

Es más esaborío que un guiso de coles.

Es más estrecho que el culo de un chivo.

Es más falto que la medía de Morón.

Es más feo que pegarle a un padre.

Es más feo que una espiocha.

Es más fino que un coral.

Es más flojo que un bendo.

Es más flojo que el peo de un maricón.

Es más flojo que un muelle de guita.

Es más flojo que una chica de vinagre.

Es más fresca que una lechuga.

Es más hondo que el pozo Vega.

Es más inocente que una tagarnina.

Es más inútil que un guardagujas.

Es más jarón que Clarihuevo.

Es más jarón que la puntilla de un almanaque.

Es más jarón que un rucho.

Es más jarón que una verea real.

Es más largo que un día sin pan.

Es más lechuzo que una mosca.

Es más lento que el casamiento de un pavo.

Es más ligero que un chalín.

Es más ligero que un cidral.

Es más malo que Cintas Verdes.

Es más malo que el dolor miserere.

Es más malo que los calambres del cólera.

Es más malo que Ramito.

Es más malo que un dolor a media noche.

Es más malo que un pinchazo en un ojo.

Es más malo que un rajón.

Es más malo que un rayo.

Es más malo que un zaratán.

Es más malo que una caída de espaldas.

Es más malo que unos pujos.

Es más maricón que un palomo cojo.

Es más negro que el corazón de Judas.

Es más pesado que el casamiento de un pavo.

Es más pesado que una vaca en brazos.

Es más pobre que el zagal Jesús.

Es más puerca que la Piquillo.

Es más puerca que una araña.

Es más puta que María Martillo.

Es más suave que un guante.

Es más tonto que el Pupa.

Es más tonto mi José.

Es más tonto que mandao a hacer.

Es más torpe que un mangurrino.

Es más trabajoso que llevar un cochino al cine.

Es más trabajoso que un pecho arriba.

Es más valiente que un atún.

Es más viejo que el hilo negro.

Es más viejo que el lagarto la botica.

Es más viejo que el Pelotanar.

Es más viejo que los cabestros del Inglés.

Es más viejo que un núo.

Está más amargado que el culo de un pepino.

Está más buena que el pan de rosca.

Está mas buena que un guiso de carne.

Está más caliente que el jopo de un cazo.

Está más caliente que la paja habas.

Está más caliente que las alpargatas de un calero.

Está más callado que una puta.

Está más callado que en misa.

Está más delgado que un estoque.

Está más derecho que una vela.

Está más empicao que la vieja a los berros.

Está más encuero que los ángeles.

Está más frío que un muerto.

Está más frío que un rejero.

Está más gordo que un sollo.

Está más gordo que una nutria.

Está más liao que el moño de una loca.

Está más liao que el testamento de un loco.

Está más parao que un pachón.

Está más salado que los perros.

Está más seco que el ojo de un tuerto.

Está más seco que un ripio.

Está más tieso que un ajoporro.

Está mejor que en brazos.

Fuma más que la Cañón.

Fuma más que un carretero.

Hace más frío que pelando rábanos.

Hace más mandaos que la Catatita.

Le pica más el culo que a un maricón con lombrices.

Le teme más que a una vara verde.

Llora más que Jeremías.

Llora más que la madre de un quinto.

Llora más que una Magdalena.

Manda menos que el gato ancá la Pérez.

Pasa más hambre que el perro de un pastor.

Pasa más hambre que los repartidos de Osuna.

Pesa más que un mulo muerto.

Pica más que un pollo en una mierda.

Sabe más que Briján.

Sabe más que el demonio.

Sabe más que la abuela de Dios.

Sabe más que lo que le han enseñado.

Sabe más que una liebre.

Sabe más que una rata.

Se mueve más que un pionono con las patas de palo.

Se mueve más que un saco de pulgas.

Se rasca más que el tío los cuadros.

Se tiró un peo como una gamboa.

Suda más que un segador.

Tiene los huevos más negros que el borrico del Cortijillo.

Tiene las tetas como la cabra de Berrinche.

Tiene más barbas que un profeta.

Tiene más boqueras que un gorrión.

Tiene más cabeza que Napoleón.

Tiene más cara que un duro en cuartos.

Tiene más cojones que San Arcadio.

Tiene más cuernos que un saco de caracoles.

Tien más dientes que una ristra de ajos.

Tiene más dinero que un torero.

Tiene más frío que una espuerta de perritos.

Tiene más huesos que una carga de nísperos.

Tiene más mala briega que el Lereto.

Tiene más mala cabeza que el Lereto.

Tiene más mala leche que un cojo.

Tiene más mala leche que un gato pisado por el jopo.

Tiene más malaje que el tío de la miel.

Tiene más malas ideas que un cable caído.

Tiene más mierda que el mostraó de la Polaca.

Tiene más mierda que el palo de un gallinero.

Tiene más mierda que el rabo de una vaca.

Tiene más mierda que la bombilla una cuadra.

Tiene más pelos que Júpiter.

Tiene más pelos que un oso.

Tiene más suerte que un quebrado.

Tiene más susto que catorce viejas.

Tiene más trampas que un pajarero.

Tiene más valor que el Tarta.

Tiene más valor que Gerineldos.

Tiene menos carne que el tobillo de un canario.

Tiene menos carne que un guiso de alambres.

Tiene menos dinero que las putas en cuaresma.

Tiene menos fuerza que el peo de un maricón.

Tiene menos fuerza que un gitano en un juicio.

Tiene menos papeles que una choza.

Tiene menos papeles que una liebre.

Tiene menos vergüenza que un perro.

Un mojón como el sombrero de un picaó.

Va a durar más que Jirula en la Gerena.

Va a durar más que el pleito de Mendoza.

Va a durar más que la saeta del tonto Corona.

Va a durar más que un martillo enterrado en manteca.

Va a durar menos que la pena una viuda.

Ve menos que Pepe Leche.

Ve menos que un gato de yeso.

Va a pasar más hambre que una chinche en un candao.

112 comentarios

112 comentarios en “Habla de la Puebla”

  1. Juan B Bocio Montesinosel 30 Dic 2019 a las 23:19

    No soy de la Puebla, mis padres Francisco y Rosario y mi hermana y mi hermano si lo son, emigraron a la capital en los años cincuenta, donde nací en 1964, soy chirrino por mi madre y corruco por mi padre, He mamado el acento y el vocabulario morisco de siempre y echo en falta varios términos usados en mi casa de siempre, como la palabra “chijete” (porción de agua o líquido que sale por presión). “atacarse” (meter la ropa por dentro de los pantalones cuando está sobresale), “tapijo” (porción de ropa que sobresale de la cama o mesa de camilla)… Y expresiones como “como te veo el jato (cara) te trato”… Etc, etc. Me ha dado mucha alegría volver a ver palabras que cuando las digo en mi entorno la gente se extraña.

  2. Juanel 13 May 2012 a las 11:18

    Para la Filóloga.
    Yo siempre he conocido en La Puebla, desde que era un niño que, las harrias o jarrias, salmorejos y porras, eran lo mismo que los gazpachos, salvo que éstos contenían mucha agua y se tomaban como postre y los otros tres, se tomaban como una comida porque eran espesos y llevaban mucho más alimento que los gazpachos en muchas ocasiones. A estos gazpachos espesos, se les echaban algunos huevos cocidos y uva, pero como digo lo único que se diferenciaban por entonces es que llevaba mucho más pan y por eso eran espesos y que además se comían con sopas de pan y tal vez, por ello, se decía que comer pan con pan era comida de tontos. Sea como fuere, los gazpachos caldosos, y las harrias/jarrias, porras y salmorejos espesos, nos quitaron mucha hambre por entonces, por lo que fueron el alimento más característico de nuestra tierra. Pero además de eso y, sobre todo en primavera y verano, era lo mejor que entraba en nuestros cuerpos sobre todo a los que trabajaban en el campo y lo mismo en las gentes del pueblo. Y tanto fueron importantes por entonces, que hoy día lo siguen siendo también, salvo que ahora lo han copiado casi todas las regiones españolas y me supongo que se ha hecho más bien universal porque de seguro que ha traspasado las fronteras. Eso sí, por entonces se podría uno encontrar los clásicos bolondrones por majarlos, pero hoy día con la turmix o como se llame eso, ya ha desaparecido. En el cómputo general de todo ello, hoy más bien lo tomamos como postre y no como antes que era para muchísima gente una sola comida.

  3. filólogael 10 May 2012 a las 17:58

    Es interesantísimo, alguien sabe más sobre “harria/jarria”??

  4. Rosa | vuelos a chinael 11 Abr 2012 a las 13:24

    El blog es muy bueno, suelo visitarlo de vez en cuando.

  5. felipe lopezel 25 Jun 2011 a las 12:56

    Unas que se decian y dicen mucho:
    “Vas a pasar mas hambre que una chinche en un candao”
    “Te mueves mas que un piomono con las patas de palo”
    “Tienes mas mierda que el palo un gallinero”

  6. Juan Santos Marinel 18 Jun 2011 a las 20:40

    Hola Amigos/as. El Grupo “El Rincón Poético Morisco” Lo he creado, para todas aquellas personas amantes de la Poesía, que quieran dejar sus Poemas sin miedo a expresar sus inquietudes y sentimientos.

    No se está sujeto a ningún tipo de género. Aquí cada cual puede exponer los temas libres que deseen. Sí sería imprescindible que fuesen trabajos originales de cada cual.

    Con el trabajo que los amigos y amigas vayan dejando sé publicara un libro al cual le daremos toda la publicidad posible y divulgación. Aquellos amigos/as, agregados al grupo que no estén de acuerdo. Por defecto la red social Face Book, me exige poner unos miembros en el grupo. Yo a cada amigo/a, que va dejando algún poema los voy agregando al grupo, y el trabajo lo voy copiando y pegando en una carpeta, para que cada cual cuando se edite el libro aparezca con nombre y apellidos en la pagina o en las pagina que ocupe su trabajo. Espero vuestra participación. Gracias

    Todos/as persona interesada puede visitar mi muro juan santos face book

  7. ANTONIO ROMERO ROMANel 18 Jun 2011 a las 17:44

    Todas las “PUEBLA”, tienen caracteristicas especiales; la mayoria de ellas por haber tenido unos rasgos moriscos muy acentuados que se manifiestan en sus costumbres, fiestas, folklore, lenguaje, forma de ser, de ahi las Cartas Puebla, que las diferenciaban del resto de poblaciones otorgandoles estatutos o fueros especiales excepcionales para aplicar a su población. Os escribo desde una de ellas, Puebla de don Fadrique., con una riqueza impresionante en relación al lenguaje. Enhorabuena por el trabajo que exponeis y la forma de participación que practicais. Saludos.

  8. José Maríael 01 Jun 2011 a las 1:12

    A la relación le falta uno: Tiene más mala leche que un cojo

  9. Juanel 20 Abr 2011 a las 19:03

    Pues sí, ésa es la contestación y nada de perdonar porque por lo demás es la real y así lo decíamos, lo cual es bonito el recordar aquellos detalles que a través del tiempo son una maravilla y más cuando recordamos nuestra niñez y juventud a través de estas cosillas que hasta nos hacemos más jóvenes al rememorarlas.

  10. para Juanel 19 Abr 2011 a las 14:25

    el peo que te tiras? con perdón

  11. Juanel 18 Abr 2011 a las 18:12

    Y ahora echemos una sonrisa y haber para los M.C.M. y Cía, si se acuerdan de lo que se contestaba cuando uno le decía a otro aquella frase de: ¡Y tú que mirás! Espero que no os cortéis.

  12. Juanel 18 Abr 2011 a las 18:11

    Y ahora echemos una sonrisa y haber para los M.C.M. y Cía, si se acuerdan de lo que se contestaba cuando uno le decía a otro aqélla frase de: ¡Y tú que mirás! Espero que no os corteis.

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