Jun 21 2013

ANDANZAS Y CORRERÍAS DEL BANDOLERO PERNALES EN LA PUEBLA DE CAZALLA (II)

Publicado en LA PUEBLA

Vamos a continuar la serie que viene protagonizando en el Blog Morisco el célebre bandolero estepeño, refiriendo a todos nuestros lectores la mención a hechos ocurridos en La Puebla de Cazalla o sus inmediaciones, que se ofrece en el reportaje que le dedica al mismo el periódico El Heraldo de Madrid, en el ejemplar correspondiente al día 28 de noviembre de 1.930 y por tanto en una fecha posterior ya en más de 20 años a la de su muerte, junto a su compañero Antonio Jiménez Rodríguez Niño del Arahal, a manos de la Guardia Civil, hecho sucedido allá por 1.907 en la sierra de Alcaraz, concretamente en el municipio de Villaverde de Guadalimar (Albacete) cuando ninguno de los dos llegaba siquiera a la treintena y dejaban atrás una vida corta pero intensa de hechos delictivos y en virtud de ella una fama que se extendía por toda España.

Precisamente el que dos décadas después de su muerte, todavía haya un periódico de la capital de España que se acuerde de Pernales para dedicarle a la memoria de sus hazañas nada más y menos que un reportaje de dos páginas, ya da a entender bastante a las claras la popularidad de este bandolero y cómo seguía siendo un personaje perfectamente conocido por parte del gran público. Hemos de decir, sin embargo, que el grueso de dicho reportaje periodístico no se refiere solo a los hechos de Pernales acaecidos en La Puebla de Cazalla, pero incuye unas cuantas referencias que consideramos lo suficientemente atractivas como para despertar el interés y la curiosidad de los lectores habituales del blog, ofreciéndolas en la seguridad de que todos van a estar de acuerdo con nuestra apreciación en ese sentido.


Cabecera del diario madrileño que recoge las hazañas de Pernales, cuya trascripción os ofrecemos en esta segunda entrada dedicada al bandolero que tanto anduvo en sus día por las calles y campos de La Puebla de Cazalla y otras localidades próximas

El artículo sobre Pernales se enmarca en una serie de trabajos sobre bandolerismo firmados en ese periódico por D. Antonio Suárez Guillén, un republicano exiliado después de la guerra en México, autor también de un libro sobre el mismo tema: Bandidos célebres de España. Como os hemos anticipado ya, lo que vamos a hacer en esta segunda entrada dedicada al bandolero es referiros las varias alusiones que en el artículo del periodista mencionado se hacen a las correrías y hechos protagonizados por el mismo en La Puebla de Cazalla o sus cercanías.

“Los pueblos que frecuentó el bandido fueron Estepa—su pueblo natal—, Puente Genil y El Rubio.
En esta última villa conoció a Concepción Fernández Pino, agraciada joven de quien se prendó Pernales y por quien fué correspondido. La vecindad no vio con agrado tales amores, recriminando a la muchacha, que todas las noches, a primera hora, salía a su ventana a «pelar la pava» con el malhechor…

Muerto ya Pernales, en el mismo pueblo El Rubio fué capturada Concha, que a la sazón contaba veintiséis años, se hallaba demacrada y débil con exceso. Llevaba una niña que estaba criando y que sólo tenía cuarenta días. La pequeña había nacido en un cortijo de las cercanías de Cabra…



La Casilla de Haro, cortijo en el término de La Puebla de Cazalla donde Pernales tuvo varios meses a su novia Concha la de El Rubio. La fotografía es de comienzos de los años 80.

La niña estaba sin bautizar. Al ser detenida manifestó que en junio del año anterior Pernales la llevó a un caserío del término de Puebla de Cazalla llamado Casilla de Haro, donde la visitaba con frecuencia. Permaneció cuatro meses y fué trasladada al caserío de la Piña, término de Cabra…”

“En La Coronela, la preciosa finca del torero Antonio Fuentes, se presentó otro día Pernales. Era en el mes de agosto y el calor secaba el gañote del bandido. Los manijeros tenían orden de atender a cuantos se acercaran allí. Sobre su caballo «Relámpago» voceó desde la puerta:
—No azuztarze. zeñore. Zólo quiero un poco e café.
Los criados de Fuentes le sirvieron unos trozos de jamón serrano. Pernales se apeó de la bestia, echó sobre el cuello del animal las bridas y le dejó (1) mientras se disponía a sentarse cerca de una mesa que le sacaron. De improviso cruzó por su mente una sospecha: el miedo a ser envenenado detuvo sus instintos de gula. Imperioso ordenó a un criado:
— ¡ Eh, tú ; ziéntate aquí conmigo y come! Te lo manda er Pernale.
Y el manijero comió con él, despreocupándose el bandido al observar la satisfacción con que el invitado hacía honor a los trozos de jamón”…


Vista aérea del señorío de La Coronela. Fuente de la fotografía: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Autores:  Quiles García, F. y Guillermo Pavón Torrejón,  2.001

“El 2 de julio siguiente ambos bandidos fueron sorprendidos por la Guardia civil en el cortijo de Dueña Alta, del marqués de Casa Recaño.
Procedían de Los Garrotales, donde se proveyeron de una cabalgadura, y se dirigían a Osuna. En término de Marchena tuvieron necesidad de burlar la persecución de las fuerzas, y como, por otra parte, se sintieron desfallecidos, se aproximaron a la Dueña Alta para pedir algo de comer. El aperador apellidado Bustos les recibió y obsequió con unos huevos fritos. Al disponerse a salir acertó a pasar una pareja de la Guardia Civil. Unos dicen que el aperador delató a Pernales, mientras otros aseguran que fué la Guardia Civil la que sospechó de tal presencia.
Entre los bandidos y la fuerza se trabó una lucha, infructuosa debido a la oscuridad de la noche.
Pernales- ideó la treta de distraer a la fuerza y para ello tomó el mulo que traían y colocándole junto a la puerta le soltó dos palos. Al salir la bestia al galope, los guardias dispararon, mientras que en otras caballerías se fugaban los bandidos, tendidos sobre el lomo y disparando sobre sus sitiadores. El mulo que salió primero cayó muerto de dos balazos y los bandidos pudieron huir a favor de la oscuridad”…

“(1) Me han contado que tenía tal maña para educar a las bestias, que éstas respondían al silbido del amo, por distante que se hallase, orientándose por el oído”.



Vista parcial del caserío de la Dueña Alta. Fuente de la fotografía: REINA ROMERO, J. (Coord.): Los cortijos de La Puebla de Cazalla. Ed. Ayto de La Pueba de Cazalla, Sevilla 1.998, pág. 35

Seguiremos en el blog ocupándonos de la figura de este bandolero, porque quedan cosas que referir en relación con su estancia y hechos acontecidos en distintos lugares ligados a nuestra localidad en donde ya tenemos dicho que se guarda aún memoria del mismo.  Fue quizás el último bandolero al que se le puede llamar propiamente como tal y aunque la realidad, al menos en este caso, parece que es poco condescendiente con el halo romántico y generoso asociado a estos personajes, Pernales tiene también su leyenda entre los moriscos, y no solo entre ellos como así mismo veremos en otra entrega futura.

Por el momento vamos a terminar haciendo una observación que no se habrá escapado a ningún lector avisado, es la siguiente: el periodista, quizás por darle más realismo a los diálogos, quizás simplemente dejándose llevar por el tópico, cuando trata de transcribir en su reportaje el modo de hablar de Pernales, ya habéis visto que lo hace cecear quizás para denotar sus orígenes rurales o campesinos, pues bien, nacido y criado como fue en Estepa, el verdadero Pernales estaría muy lejos de hablar ceceando.



Un comentario

Un comentario en “ANDANZAS Y CORRERÍAS DEL BANDOLERO PERNALES EN LA PUEBLA DE CAZALLA (II)”

  1. Antonio Rodríguez Crujerael 26 Jun 2013 a las 17:04

    Efectivamente, están muy bien relatados algunas de las correrías de este bandido, que tuvo poco de generoso y mucho de cruel, sanguinario y vengativo.
    Nació en Estepa, donde se crió, y tras una discusión con otro muchacho por temas amorosos, hubo una reyerta en la que apuñaló gravemente al contrario.
    Asustado temiendo la muerte del otro, -que al final no murió-, se “echó” a la sierra y cometió varios robos y otros delitos que ya lo mantuvieron fuera de la ley y fugitivo hasta su muerte.
    Así comenzo su andadura en el mundo del bandidaje, cabalgando, robando y asesinando brutalmente, sobre todo a quienes él sospechaba que lo había delatado, y quienes se le ponía por delante.
    Fue cruel con su hija pequeña, a la que marcó en el muslo con una moneda caliente, porque la niña no dejaba de llorar; entonces, al aplicarle la moneda, dijo: “ahora llorarás con razón”.
    En fin, tenía en su haber muchas bellaquerías, y era temido por su maldad.
    Se dice que murió en la sierra de Alcaraz en la provincia de Albacete, pero hace muchos años, un viejo que yo conocí, decía que un tiempo después de creérsele muerto a tiros junto al Niño de Arahal, lo vieron entrar en la casa de una familia rica de Estepa, quizás para cobrar alguna deuda que tenía pendiente.
    Eso entra dentro de la leyenda y la historia.
    Lo cierto es que el Gobierno de entonces, los gobernadores civiles de las provincias limítrofes y mucha fuerza de la Guardia Civil, estaban hartos ya de sus crímenes y andaban tras su pista teniéndolo muy controlado y acosado, por lo que se cree que se marchó a Valencia para embarcarse con rumbo a América, quizás camuflado en la cuadrilla del matador de toros Antonio Fuentes, del que era amigo y al que solía visitar en su finca de la Coronela.
    Pero no llegó a Valencia, donde lo esperaba Conchilla la del Rubio para fugarse con él. Ella escuchó la noticia de la muerte de Pernales en los periódicos y decidió volver en tren hasta Cabra, y de allí, a su pueblo.

    No fue lo que se dice un dechado de virtudes, sino todo lo contrario; uno de los más peligrosos delincuentes de estas tierras de Andalucía, que tuvo en jaque a las fuerzas del orden, de las que se escabullía con argucias y artimañas.

    Saludos a mis paisanos de La Puebla de Cazalla
    _____________________________________________

    Antonio Rodríguez Crujera
    Estepa

Escribe un comentario

Normas de uso:
1. Esta es la opinión de los internautas, no de el blogmorisco.es
2. No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
3. Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

*