Dic 02 2010

PATRIMONIO NATURAL DE LA PUEBLA DE CAZALLA (III): DE FLORES DE OTOÑO Y PALOS BORRACHOS

Querían los preceptistas del siglo XIX que la narración fuera el espejo al pie del camino en el que se reflejaran los que por él pasan sobre un fondo de  cielos, colinas, árboles, cosas, que constituyen el paisaje de nuestra vida.

Pero sucede en ocasiones que somos nosotros ese espejo y que es dentro de nosotros en donde de verdad ocurre el paisaje con  todas sus ínsulas extrañas y sus valles solitarios nemorosos; es entonces cuando al tenerlo delante y verlo, lo que se produce no es una mera percepción sensorial sino un recuerdo, la memoria de algo que supimos algún día pero que tal vez en ese momento ya habíamos olvidado.

Visita el paseo de la variante o la carretera hasta la Fuenlonguilla, quizás aún estés a tiempo de asistir a ese milagro párvulo y municipal de vivir otra vez la primavera en este otoño  de lluvia y frío que amenaza  oscuridades.



Llevaba la cara aterida por el frio  y esta sensación  le permitía pensar de forma más clara, con menos ruido de fondo aunque todo a su edad eran ruidos de fondo e interferencias. Viernes tarde y en una nueva violación de sus derechos y abuso de autoridad paterna le tocaba otra vez sacar a Gabi. Al final habían ido como siempre hasta donde los olores les conducían, el jadeo era cada vez más compulsivo, tenían que parar un rato. Alzó la vista  y reparó en las flores llamativas de aquellos árboles. Las flores y sus espinas, espinas rechonchas y puntiaguadas a la vez, sobre un fondo verde, verde  de vida, verde de sangre.

Muchos lunes aciagos, martes de dudas y miércoles de ira habían presenciado su paso en la relatividad del tiempo y el movimiento, cargado con su mochila, con el peso de su indefinición y la anoxia de sus pensamientos, núnca le habían advertido de aquella presencia, árboles con espinas, de vástagos verdes, ramas como brazos y frutos de falsos cocos.

Por una vez pensó que el paseo quizás mereciera la pena, Gabi parecía compartir sus inquietudes, vejez y rabiosa juventud juntas, edad canina y acné ruborizante. También a él parecía gustarle aquella silueta arbórea antropoforme, quizás de mujer voluptosa, quizás de amante perfecta.

Esto no podían verlo ni los agraciados ni los felices, las veleidosas o los epidérmicos, él sí que podía, siempre había tenído esa capacidad, la de parar el tiempo y ver flores de primavera en octubre y noviembre.

Gabi ya se  había recuperado, emprendieron camino de regreso a casa,  se dio cuenta que quería un poco  más a su pueblo por sus atardeceres de octubre y por  tener flores de primavera en otoño.  Resolvió que tendría que averiguar algo más  acerca de estos árboles mujer o árboles  botella, depende quién los mirase, Gabi asentía con la cabeza.


Chorisia speciosa

Se trata de un árbol caducifolio procedente de Brasil y Argentina, pertenece a la familia Bombacáceas y su nombre científico Chorisia speciosa está dedicado al artista J.L. Choris amigo y compañero del naturalista Kotzebue. Speciosa, que significa bella, hace alusión a la belleza y hasta cierto punto espectacularidad de sus flores, las mismas que llamaron la atención al protagonista de nuestra introducción inicial y que al parecer gustan y bastante a las mariposas monarcas y a los colibríes.


En sus lugares de origen se le conoce como árbol borracho, también árbol botella, árbol de la mujer, árbol de la lana, etc. y junto con otras especies de la misma familia como el ceiba o árbol sagrado de los Mayas, el baobab o el Kapok, pueblan las selvas tropicales y subtropicales de Sudamérica. Además de su llamativas flores y espinas, al parecer estas le sirven para almacenar agua, tiene otras singularidades como sus hojas en forma de mano, su tronco y ramas de color verde y que por tanto pueden hacer el papel de hojas a veces, la disposición de sus ramas casi horizontales y sus frutos.


Estos últimos son en forma de vaina dura en cuyo interior hay semillas con pelos que parecen algodón y que de hecho se usan para hacer almohadas y colchones.

De las semillas también se obtiene aceite comestible e incluso una bebida alucinógena denominada Ayahuasca. De su madera blanda se hacen canoas por su docilidad, volumen y baja densidad. Hay muchas leyendas aborígenes que hablan de estos árboles que nos proporcionarían multitud de nuevas historias.


Es curioso que su periodo de floración en sus lugares de origen se puede producir en primavera, verano e incluso otoño. En nuestras latitudes y a pesar del cambio de estación suelen florecer a veces hasta en Diciembre si  no hace  mucho frio. También aparecen flores con el árbol sin hojas en primavera. La historia local de estos ejemplares comenzó hace unos 15 años y fueron un punto exótico en las plantaciones de árboles de entonces. Dentro de unos años su aspecto probablemente será muy llamativo.


7 comentarios

7 comentarios en “PATRIMONIO NATURAL DE LA PUEBLA DE CAZALLA (III): DE FLORES DE OTOÑO Y PALOS BORRACHOS”

  1. juan carlosel 15 Ene 2011 a las 14:36

    Es una delicia la lectura de este artículo. Enhorabuena al autor.

  2. Juanel 18 Dic 2010 a las 18:12

    Pues ya que estamos con los árboles y plantas, yo lo que más me acuerdo de pequeño, es que mi madre cuando teníamos alguna herida o algo por el estilo, cogía una hoja de tolosana, que es así como se llama esa planta, (tolosana, todabuena, todosana), me parece que es así como lo pone el diccionario), y nos lo ponía por ejemplo en el dedo con un trapito y reliado con hilo y al par de días ya había cerrado aquellas pequeñas heridas producidas por jugar la mayoría de veces. También, ¡cómo no!, nuestras madres tenían en nuestros patios un montón de flores y plantas que yo recuerdo que siempre estaban muy bonitas y relucientes y ello era posible porque cuando barrían las puertas, los cagaones de las bestias o las cagarrutas de las cabras un poco de ello iba para las macetas y así no es de extrañar lo preciosas y verdes que estaban siempre. Pero yo he dicho macetas, cuando de hecho tenía que haber dicho que eran las latas de queso americano, algunas ollas ya inservibles que no admitían más compostura del latero y todo esto la mayoría de veces estaba colgada en la pared y en el suelo algunos cántaros ya rotos. Pero sea como fuere, qué bien olia todo. Recuerdo además que mi madre, que fue ella quien lo hizo, fue el patio con su puerta en el centro y como lo había hecho de barro, piedras y demás, las paredes tenían muchas ondulaciones, pero una vez después de encaladas y puesto esa cantidad de artilugios colgando con una puntilla en las paredes, de tantas que puso, ya ni los desperfectos de las paredes se veían, porque al crecer unas hacia arriba y otras hacia abajo, ya ni se veían las paredes y por ende los defectos. Podría continuar pero ya está bien. ¡Pero cuánto sabian nuestras madres!

  3. J.M.C.el 10 Dic 2010 a las 10:39

    “Pero sucede en ocasiones que somos nosotros ese espejo …”
    Gracias por limpiar el espejo y dejarlo reluciente .
    Enhorabuen a, un artículo precioso y cargado de emociones.
    Saludos.

  4. M.C.Mel 07 Dic 2010 a las 21:14

    Mis padres tienen olivos por el camino de la folonguilla,cuando voy de vacaciones ,suelo pasear por esa zona,me parece un articulo estupendo ,por que yo a mi padre le pregunte que tipo de arbol era pero el no supo decirme,AHORA YA LO SE,asi es que gracias por la informacion,espero que se siga escribiendo cosas tan interesantes como estas,un saludo de una morisca que vive fuera.

  5. zentadoel 07 Dic 2010 a las 17:26

    Leyendo estas cosas me emociono. No tengo más remedio que felicitar a la persona que escribe esto y que lo vive de esta manera para decirlo con esa brevedad y acierto. Transmite algo de lo telúrico y sagrado que se revela cuando uno está ante un acontecimiento o cosa tan natural, elemental y perfecta. Qué bien que haya personas que saben de estas cosas,reparan en ellas y además las dan a conocer a los demás para que las disfruten.

  6. Anael 04 Dic 2010 a las 12:36

    Que bonito yo no me habia fijado nunca

  7. Encarna Diazel 02 Dic 2010 a las 12:36

    En primer lugar os quiero felicitar por este explendido reportaje,y a continuacion os cuento,yo hace unos dias que estuve en el pueblo,y cual no seria mi sorpresa una tarde preciosa de otoño paseando por la fuenlonguilla me encontre con estos arboles,los cuales me parecieron maravillosos,y pense en cuanto vuelva a casa tengo que buscar el oringen de ellos,y esta mañana al poner vuestro blog,como hago cada dia,cual no seria mi sorpresa al ver vuestro articulo ,me ha parecido !!!fantastico!!! y os doy mi enhorabuena por vuestro trabajo!!!! yo creo que son preciosos y que merece la pena saber su historia!!!gracias ,paisanos!!! ya es hora que los Moriscos tambien reparemos en las cosas bellas que tiene nuestro pueblo!!!!que parece que solo nos asomaos a las paginas y a los blog a criticar lo malo que tenemos ,que me parece muy bien que se haga!!!,pero tambien tenemos cosas buenas digo yo!!!la Puebla es un pueblo precioso del que deberiamos de disfrutar y dar a conocer!!!yo vivo fuera desde hace mucho tiempo,pero no dejo de volver a mis raices de las cuales estoy muy orgullosa y todo lo bueno que hagan para el pueblo me parece muy bien ,sea el partido que sea ,eso a mi me da igual,yo solo quiero que mi pueblo siga prosperando y que sea uno de esos pueblos blancos que da gusto visitar,bueno ya no me extiendo mas ,un saludo para todos mis paisanos y de nuevo !!!gracias!!!…

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