LA PUEBLA DE CAZALLA. EL MORISCO BLOG. FORO DE LA PUEBLA DE CAZALLA

Los estudios sobre La Puebla de Cazalla que han visto la luz en distintos medios escritos a lo largo del último cuarto de siglo, han experimentado un notabilísimo incremento, una auténtica explosión podríamos decir sin temor a incurrir en exageración, respecto de la situación anterior en que prácticamente la monografía Memoria y resumen de algunas noticias antiguas relativas a la actual villa de La Puebla de Cazalla (Sevilla) del pionero Moreno de Guerra o los Apuntes de Hérnandez Parrales, eran la únicas obras de las que podían disponer los moriscos para conocer mejor su pasado.
Esta mayor producción de estudios sobre La Puebla de Cazalla no solo es ampliamente constatable en términos cuantitativos, sino que en paralelo también ha ido aumentado el campo de intereses de los investigadores y, como consecuencia, se ha hecho posible el que dispongamos hoy en día de un conocimiento histórico cultural mucho más rico en extensión y profundidad de la realidad morisca, lo cual dibuja un panorama en nuestros estudios locales que apenas si tiene nada que ver con el que se ofrecía ante nuestros ojos hace apenas un par de décadas.

Esta obrita de Moreno de Guerra es, que tengamos noticia, la primera dedicada específicamente a tratar un tema, en este caso sus orígenes históricos, de nuestro pueblo. En su momento le dedicaremos una entrada en nuestra sección Biblioteca de Temas de La Puebla de Cazalla

Aportaciones, en efecto, como las de Pepe Cabello, Paco Gutiérrez, Juan Pablo Alcaide, etc., por referirnos solo a investigadores locales y aún de entre estos a los mencionados como mero ejemplo representatitvo de una nómina mucho más amplia, han conseguido enriquecer significativamente ámbitos de conocimiento de nuestra localidad tales como el patrimonial, el histórico, el lingüístico-folclórico etc.
Por lo que se refiere al Blog Morisco, modestamente hemos intentado sumarnos a este esfuerzo común, aportando al mismo una perspectiva que podríamos definir a partir de dos rasgos principales: el divulgativo para hacer accesibles a la mayoría de los moriscos los contenidos culturales, y el enciclopédico que busca abarcar un  número lo más amplio posible de campos del saber sobre La Puebla de Cazalla y sus gentes, aunque en ocasiones tengamos que sacrificar para ello algunos parámetros de profundidad o exhaustividad en los artículos.

Siguiendo en esta línea que os acabamos de explicar, hoy os traemos al blog la noticia que hemos averiguado, gracias a la obra de D. Sebastián González Losada Aspectos organizativos y didácticos de la enseñanza elemental en Huelva durante el período de 1.857 a 1.900, relativa a un esclarecido paisano del que habíamos perdido todo rastro en nuestra memoria colectiva, nos refermimos a la figura del ilustre maestro D.  Francisco Zamora y Santos.

Ricardo Renedo. Tintero y pluma. Óleo sobre lino, s.a.

Había éste nacido en nuestro pueblo en 1.841 y dejó de trabajar en 1.892, en cuyo mes de abril, muy joven por tanto, probablemente murió a consecuencia de una larga enfermedad. Toda la información que poseemos de él se refiere a su estancia en la localidad de Huelva donde ejercició de maestro de enseñanza primaria superior a lo largo de 12 años en los que tuvo la oportunidad de brillar en el ejercicio de su profesión, destacando ampliamente sobre el resto de los maestros de su época.

A esta ciudad, en la que vivió en la calle de la Fuente nº 18, local donde también tenía su asiento la escuela del tercer distrito de la que era titular y del que llegó a decir D. Francisco que: era “sumamente irregular, defectuoso y malo, capaz de dar fin con la vida de todos los maestros que en él trabajan” (pág. 94), había llegado después de su nombramiento como maestro el 28-08-1.880 aunque no empezaría a ejercer hasta el año siguiente. Previamente, en la enseñanza privada, había desempeñado la profesión durante 16 años en la capital de Andalucía y uno más en su provincia; así mismo durante otros seis años había impartido su labor docente en la enseñanza secundaria. Si bien en el momento de su arribo a Huelva era viudo, se casaría nuevamente tres años después (pág. 230).

Vista actual de la calle Fuentes en Huelva, donde estuvo domiciliado nuestro paisano el maestro y jurista D. Francisco Zamora y Santos

González Losada nos sigue aportando detalles tan curiosos de nuestro paisano como los emolumentos que percibió a lo largo de los años en el ejercicio del magisterio, así por ejemplo en 1.883 nos informa que llegó a ganar 1.415 pts, 2.875 cinco más tarde en 1.885 y, quizás como consecuencia de su enfermedad, tan solo 2.675 en el último año de su vida. Igualmente recoge en la obra que nos sirve de fuente, el resultado de la valoración que de su labor profesional realiza el inspector de educación que le visita, con dicha valoración elabora un cuadro resumen que os ofrecemos a continuación (pág. 231):

Cuadro resumen de la valoración que a lo largo de los años efectúa la inspección educativa de la labor docente de nuestro paisano D. Francisco Zamora y Santos. De la lectura del mismo se puede deducir el excelente juicio que esta labor inspiraba en las autoridades educativas de la época.

Un detalle llamativo sobre nuestro paisano lo constituye el grado de formación académica que atesoraba, verdaderamente insólito para la época en lo que a los maestros se refería pues como nos dice González Losada “por lo que respecta a los maestros de Huelva, la mayoría poseían el título Elemental, contados eran los que poseían el Superior. Cabría hacer una excepción en la figura del maestro D. Francisco Zamora y Santos que fue, sin duda, el más ilustrado de todos cuantos ejercieron el magisterio a lo largo del siglo. Poseía, entre otros estudios, los de Notariado, licenciado en Filosofía y Letras, licenciado en Derecho Civil y Canónico; además tenía los títulos de maestro Elemental, Superior y Normal. Con este curriculum cabría preguntarse: ¿por qué ejercía de maestro?” (pág. 189).

Otro detalle que marca su personalidad con indeleble huella es su acendrada religiosidad, a este respecto existe un informe del inspector D. Francisco de Paula González que hacia 1.884 escribe sobre nuestro paisano lo siguiente: “Debe establecer este apreciable profesor la laudable costumbre, no nueva en esta Ciudad, puesto que no pocos compañeros suyos la practican, de llevar a Misa, los días de fiesta a sus afortunados discípulos, poniéndose de acuerdo con los Srs.Curas párrocos y aún con el inspector para vencer las dificultades que se opongan y hasta donde sea posible, a que la asistencia de los alumnos a tan sublime acto sea considerable; y porque alguno de aquellos Srs. curas u otro sacerdote en su representación, explique la Doctrina Cristiana en esta favorecida escuela, siquiera los Sábados, todo lo cual servirá para dar más importancia a su establecimiento, y Dios y el Gobierno de Su Majestad que lo han de ver con muchísimo gusto, se lo recompensarán oportunamente…” (págs. 172 -173).

En relación con aspectos de su vida personal no poseemos ningún dato adicional significativo, en cambio sí lo son, y bastante, aquellos que hacen referencia a cuestiones relativas a su quehacer profesional. En relación por ejemplo con las características físicas de la escuela que le fue adjudicada por la municipalidad de Huelva, detalle al que ya hemos hecho alusión, el autor que seguimos escribe: “Esta escuela nunca reunió las condiciones necesarias para la enseñanza. Los niños estaban repartidos en dos salas pequeñas de reducidísimas dimensiones. Desde su inauguración, el maestro Zamora Santos denunció su mal estado. En 1.888, el señor Zamora calificaba las dependencias para él y su familia como de ruinosas. De una de sus dependencias afirmaba: <<El excusado es tan poco decoroso como muy retirado. Hace pocos días cayó una caja del umbral sobre la cabeza de la Señora del Maestro, y mil rendijas se observan en los cielos rasos>>” (pág. 138). Pero a pesar de sus constantes peticiones al ayuntameinto para trasladar la escuela a otro local más apropiado, nunca lograría su pretensión.

Fotografía de una escuela del siglo XIX. En la escuela de nuestro paisano, según la memoria que se recoge por parte de la inspección educativa, correspondían 0,48 m2 de superficie por alumno lo que da una idea de su masificación.

También conocemos algunos de los procedimeintos metodológicos de que hacía uso D. Francisco, a estos efectos mencionaremos los distintos tipos de premios y castigos que utilizaba en su clase en el trato con el alumnado y que tenía perfectamente catalogados y graduados como se puede apreciar:

“Premios.
Distinciones del profesor.
Hacer ganar puestos a los niños en su sección respectiva. Nombrarlos para  desempeñar puestos de confianza en la escuela. Billetitos y estampas que podrán canjear por premios útiles de ilustración y recreo.
Manifestación pública de la estima del maestro. Carta de satisfacción a los padres. Cualquiera otro premio que se ocurra al maestro, capaz de contribuir a la buena educación e ilustración de los niños.
Castigos.
Advertencias sobre las malas acciones. Aprensión privada. Pérdida de puestos en la sección. Ídem de cargos de honor. Reprensión pública. Detención en la escuela. A veces y con ciertos niños, perdonar con cierta solemnidad las faltas, acompañando este acto de reflexiones particulares o públicas, es el mejor y más eficaz castigo”. (Pág. 78).

Paisaje urbano con niños. La fotografía corresponde al paseo de Santa Fe de la ciudad de Huelva durante la segunda mitad del siglo XIX. Tal vez por él paseó más de una vez sus meditaciones pedagógicas nuestro ilustre paisano

La inquietud por mejorar la propia labor docente ha estado siempre presente en el quehacer profesional del magisterio. Buena prueba de ello es el que desde fecha tan temparana como la que estamos refiriendo, ya existían las llamadas Conferencias Pedagógigas, actividad que hoy podríamos en cierta forma asimilar a lo que modernamente han sido las escuelas de verano pues consistían, básicamente, en reuniones de trabajo que se celebraban en el mes de agosto en las cuales los maestros debatían e intercambiaban puntos de vista, con la ayuda de expertos, sobre un determinado tema de interés profesional.

Pues bien, probablemente debido a su importante formacion académica así como al reconocimiento de su valía tanto por parte de las autoridades educativas como de los propios compañeros, D. Francisco Zamora participó profusamente en esas Conferencias Pedagógicas, por ejemplo en la de 1.888 que trató sobre el tema de la enseñanza de la moral y religión cristiana, tuvo una intervención singular que refleja muy bien lo moderno de su concepción didáctica que hoy denominaríamos como de enseñanza activa: “…daría buenísimos resultados dar a los niños una enseñanza práctica invitándoles a cumplir los preceptos de nuestra religión. Puso ejemplo: la mejor manera, dijo, de enseñarles las Obras de Misericordia, es mandarles ejecutar, invitándoles a visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento, etc., etc. ” (Pág. 320).

Pero por si todo lo anterior no resultara suficiente para aquilatar la valía del ilustre morisco y pedagogo, hemos de añadir que D. Francisco Zamora destacó también porque elaboró distintos recursos para el aprendizaje escolar, y en concreto libros de texto para la enseñanza de diversas materias como las matemáticas así como cartillas de lectura. Títulos suyos importantes son, entre otros varios, un Elementos de Aritmética y un Método racional y práctico de lectura. No es pues de extrañar, con todo lo que llevamos dicho, que fuera uno de los maestros que obtuvo, en las sucesivas visitas de los inspectores, la calificación de sobresaliente que éstos, muy pocas veces, otorgaban en función de los resultados obtenidos por los alumnos en una serie de pruebas o exámenes.

Ilustraciones en un antiguo libro de texto escolar

La Puebla de Cazalla ha parido a lo largo de la historia hijos ilustres que han destacado en el campo de la enseñanza, en este blog ya nos habíamos ocupado de la figura de D. Benigno Francisco Marroyo Gago, catedrático de Matemáticas, y ahora hemos tenido la satisfacción de dar a conocer a todos los moriscos la persona de D. Francisco Zamora y Santos, pero no son los únicos como próximamente podremos todos comprobar aunque desgraciadamente sus nombres hayan sido en algunos casos injustamente oscurecidos por el paso del tiempo.

Desde el Blog Morisco aprovechamos también esta oportuna ocasión de días ya cercanos al final del curso, para saludar afectuosamente a todo el profesorado de La Puebla de Cazalla, que tanto nos sigue, y al que deseando lo mejor felicitamos por la gran labor que vienen realizando con nuestros chicos y chicas día a día.

FUENTE:

GONZÁLEZ LOSADA, S. Aspectos organizativos y didácticos de la enseñanza elemental en Huelva durante el periodo de 1.857 a 1.900. Tesis doctoral inédita. Huelva 2.010.