LA PUEBLA DE CAZALLA. EL MORISCO BLOG. FORO DE LA PUEBLA DE CAZALLA

Presentamos un primer reportaje de rutas por nuestro término y alrededores. Buena oportunidad para mantener viva la memoria cercana de nuestro paisaje. Te invitamos a añadir comentarios de hechos y anécdotas que conozcas para ir enriqueciendo la presentación y el documento.

Esta interesante ruta se puede hacer en vehículo 4×4, en moto todoterreno,  pero también para los más fuertes, en bici de montaña.
Lo más agreste comienza  una vez atravesado el cruce de Las Estacadas (estacás), cuando enfilamos la vereda de La Gila, dejando atrás y a la derecha lo que antiguamente se llamaba el pozo de La Sanguijuela (sanguizuela), que daba nombre a la vereda que hoy es la carretera que nos ha traído desde La Puebla.

Superado este lugar, el terreno empieza ondularse y nos adentramos en una zona de pequeñas colinas y cerros ninguno de los cuales llega a los 400 m. Al finalizar la bajada, donde nos encontramos también zonas de canteras en explotación, llegamos al vado del río de La Peña.  Éste es el mismo que nuestro llorado paisano Francisco Moreno Galván menciona en una de sus letras si bien rebajándolo a la categoría de simple arroyo:

“Desde el cerro de Los Santos,
hasta el arroyo de La Peña,
yo estuve esparragueando,
y me la encontré a la vuelta”.

En esta época del año todavía no lleva agua, pero en los inviernos anteriores hemos  podido ver por aquí un auténtico torrente causado por la lluvia.

Inmediatamente después comenzamos una dura subida entre cerros, donde destacan el acceso al rancho de La Flecha y los peñones de Santiago quedando ambos a la derecha, accederemos luego a un cruce de caminos en el cual, si miramos al frente en dirección sur, podemos contemplar la imponente pared de La Peñagua Alta, auténtico monumento natural. En esta zona predominan viejos molinos en distinto estado de conservación, pero todos de gran interés arquitectónico y humano.

Nosotros continuaremos hacia la izquierda (otro día hablaremos de la otra opción, no menos atractiva que la que hoy describimos) por un camino que nos llevará directamente al cortijo de La Gila y algún que otro caserío de la zona. Según avanzamos, nos encontramos con las ruinas de lo que fue el cortijo de La Alcachofa. Alguno recordará este lugar porque en tiempos, allá por los años 90 del siglo pasado, se celebró en los alrededores una romería. Al fondo en dirección NE, podemos ver el cerro del castillo y las ruinas del mismo, también se divisan la hacienda del Madroñal y por supuesto parte de la campiña.

Cuando se acaba el camino, accedemos a la carretera de Villanueva y continuando en dirección sur hasta  que llegamos sin más dilación a la aldea de La Romera, ya en término de Morón, donde abandonamos el asfalto y de nuevo nos adentramos en los caminos de tierra y polvo (hay que tener en cuenta que esta ruta se realizó en pleno verano).

Atravesada la aldea, el primer punto de interés que nos encontramos es un conjunto de edificaciones aún habitadas conocidas como el rancho de la La Rajela.  Después de otros ranchos y caseríos como El Manchado, llegamos de nuevo hasta una intersección. Dudamos entre seguir en dirección norte hacia el pantano por el camino del Puerto del Viento o probar suerte hacia la derecha en dirección a Las Calderonas y El Madroñuelo. Sin embargo, este intento se ve frustrado por la existencia de una cerca con candado que no podemos franquear. Desconocemos los motivos que pueden haber llevado a la persona responsable a cerrar de esta manera un camino público, por lo que decidimos, no sin dificultad, dar media vuelta y cruzar de nuevo la intersección en dirección oeste, buscando ya directamente la salida hacia la carretera por el camino llamado de Los Colegiales.

El siguiente hito, son las ruinas de lo que en su día fue el rancho de Sequera,  que se encuentra al final de una cuesta con una magnífica vista y una vez pasada una fuente del mismo nombre que se deja a la izquierda.
Después aparecen por este orden, Las Morenillas, Las Plateras, Mancera, y alguno que otro más como Montoya,  algunas veces  en ruinas. Destaca la vista a lo lejos de Jormaní, en el que se aprecia  su buen estado de conservación. Conviene igualmente destacar que en este tramo hay que tomarse la molestia de abrir y cerrar cancelas para el ganado. Pero al margen de este pequeño incordio ninguna de ellas está cerrada con llaves con lo que el paso es posible.
Tras recorrer un tramo de la antigua vereda real de La Boyera, llegamos por fin de nuevo a la “civilización” cuando accedemos otra vez al asfalto. Nos dirigimos de regreso a La Puebla. Un poco más adelante dejamos  a la izquierda la vereda de La Gila, por donde antes salimos, y nos encontramos a la derecha con el rancho de La Dehesilla primero y la hacienda del Madroñal después. Bajamos la cuesta de este mismo nombre con sus atractivas vistas y llegamos a la Junta de los Ríos. En este momento, es el cerro Juan de Arenas quien domina el paisaje.

Queda ya poco para llegar a casa. Han sido 46 kms por algunos de los sitios de mayor atractivo e interés de los alrededores.