LA PUEBLA DE CAZALLA. EL MORISCO BLOG. FORO DE LA PUEBLA DE CAZALLA

Ser el centro del mundo: aunque gobernantes de muchas ciudades hayan sido los que a lo largo de la historia aspiraran con más o menos argumentos al título para las suyas respectivas, una de las que reuniría mas requisitos para ostentarlo, si no la que más, sin duda sería Estambul, en la antigüedad también llamada Constantinopla o ciudad de Constantino, porque fue el emperador romano de este nombre, gran benefactor del cristianismo, quien instaló allí su capital y la del Imperio Romano trasladando ésta desde Roma.

Mapa del Mediterráneo con la situación respectiva de Sevilla y Estambul

Estambul ha sido siempre el centro del mundo civilizado, la Perla de Oriente y también la puerta, la Sublime Puerta que permitía acceder de Oriente a Occidente y de Occidente a Oriente, el punto final de los viajeros, el último puerto para el navegante y el destino lejano para las caravanas  repletas de mercancías preciosas. Y bien, hacia esa meta exótica se encaminaron este verano unos cuantos moriscos amigos tal vez buscando, igual que lo han hecho tantos viajeros como ellos a lo largo de la historia, el mito, el mito atractivo como no hay otro de Oriente.

Kiz Kulesi o torre de Leandro en el Bósforo a la entrada de la ciudad

Cuando hemos preguntado a esos amigos cuál es la impresión más notable de los días pasados en Estambul, dos han sido las palabras que más han repetido en sus respuestas, por un lado nos han dicho hospitalidad y, por otro, variedad de estímulos y de sensaciones, aspectos ambos profundamente congruentes pues desde la más remota antigüedad el pueblo de Estambul está costumbrado a tratar con personas venidas de todos los puntos de la tierra para confluir y mercadear entre sus muros, por tanto no se trata a nadie como extraño porque nadie lo es aquí y de ese espíritu hospitalario goza el viajero desde el primero momento.

Tienda de especias en el bazar egipcio de Estambul

Las experiencias de ese mismo viajero en una ciudad de tantos perfiles como Estambul, solaz de tantas etnias y culturas que han dejado su diferenciado poso histórico en los edificios, las costumbres, el vestido y los más variados aspectos de la vida cotidiana, pueden llegar a ser alucinatorias si no lleva su espíritu debidamente preparado para vivir estos contrastes que se le presentan ante su mirada las más de las veces en amalgama, porque Estambul es judía, cristiana, musulmana y laica. Pero junto a todo lo anterior Estambul es también europea y asiática, es mediterránea y circasiana, hija de la cultura árabe y es, cómo no, turca.

Puente Galata sobre el Cuerno de Oro que une las dos zonas principales de la ciudad

De nuestra estancia allí nos quedan muchas cosas para recordar, nos comentan nuestros amigos, por supuesto que el esplendor de Santa Sofía (en realidad una mezquita desde la conquista de la ciudad en 1.453 y llamada así porque antes fuera catedral cristiana) también la belleza de la Mezquita Azul o del palacio de Topkapi, la torre Galata, tan majestuosa, el hipnotizante baile de los derviches, el abigarramiento del Gran Bazar o la emoción que se siente al cruzar el Bósforo en barco y plantar los pies durante unas horas en tierras de Asia, pero después de cerrar los ojos y como de pensarlo un poco nos dicen que se quedan con la emoción sentida una tarde en que paseaban por el barrio viejo de Estambul y llegando la hora del  mogrib o rezo musulmán de la tarde, iban oyendo una tras otra las llamadas de los muecines de las muchas mezquitas de la zona y que, por un momento, ese canto repetido les trajo el eco flamenco y seguiriyero de nuestra tierra, allí tan lejos como estaban de ella.

Impresionante perspectiva en la noche de la llamada Mezquita Azul

A continuación os ofrecemos, en primer lugar, un álbum de fotografías que nuestros amigos hicieron en su visita a Estambul y que han querido compartir con todos los lectores del blog, esperemos que disfutéis de ellas.

Y para terminar un fragmento musical que corresponde con la llamada danza de los derviches giróvagos, muy propia del folclore de Turquía, pero con un elevado sentido religioso pues se utilizaba como medio de entrar en trance místico y contactar con Dios.

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Para saber más de Estambul, entre la mucha bibliografía existente pues han sido multitud los viajeros que han dejado crónica de la ciudad, os recomendamos dos libros, el primero de un autor italiano del siglo XIX, y el segundo de un premio Nobel estambulí de literatura:

DE AMICIS, EDMUNDO. Constantinopla. Ed. Almed. Granada 2.007.

PAMUK, ORHAM. Estambul. Ciudad y recuerdos. Ed. Mondadori. Barcelona 2.006