Ago 27 2011

RUTAS POR EL TÉRMINO DE LA PUEBLA DE CAZALLA (II): VEREDA DE LAS CORONILAS O DE MARTÍN GÓMEZ

Publicado en FOTOTECA,LA PUEBLA

Esta vez, estimados lectores del Blog, os proponemos una ruta cercana y corta para hacerla en algo más de una hora a pie en la que, sin embargo, pronto comprobaréis que la proximidad y la duración no le restan atractivo alguno, al contrario, lo primero que nos sorprenderá será el que a pesar de lo cerca que se encuentra de nuesto pueblo, cuando nos adentramos en ella comenzamos a sentirnos lejos, apartados de todo ruído humano, en un ambiente de soledad propio de parajes más remotos. Se trata de la conocida como vereda de las Coronilas, un tramo de una antigua vía pecuaria (camino de ganado trashumante) hoy casi en desuso y que aparece en los mapas como vereda de Martín Gómez.


Croquis de situación de la ruta propuesta

Parte esta ruta de la carretera de los Santos, poco antes de llegar a la hacienda del mismo nombre. Después de superar una cuesta y tras una curva, hemos de estar atentos porque no es fácil ver el lugar donde comienza que, además, para cualquiera poco familiarizado con estos sitios, resultará poco menos que imposible suponer que de este punto parta nuestro recorrido. Se trata de empezar a subir una pequeña ladera que da a la misma carretera, ladera que no podremos remontar con un vehículo de cuatro ruedas, ni siquiera de dos, salvo que seamos muy hábiles en estos menesteres, así que mejor será que dejemos el coche en una explanada que hay enfrente y hagamos el recorrido a pie, recorrido que en su mayor parte es estrecho y accidentado, sólo apto para vehículos preparados, que son los que nos podremos encontrar, especialmente las tan de moda bicis de montaña que transitan por esta ruta tan trialera no apta para ciclistas poco experimentados.


Vista del arranque de la ruta en la carretera de los Santos (pk 4,9)

Una vez empecemos a andar, encontraremos tramos que están prácticamente perdidos, bien por el arado de los tractores que traspasan las tierras de labor para invadir esta propiedad pública, bien por la propia acción de la naturaleza que a causa del escaso uso en la actualidad ha terminado por adueñarse de esta, en otro tiempo muy frecuentada, vía de ganado trashumante. Hoy la consideraríamos una vía secundaria (sólo tiene 20,89 mts de ancho legal) que unía otras dos vías más importantes como lo eran la cañada real de Ronda y la vereda de la Boyera.


Vista del primer tramo de la ruta

El primer tramo, una vez superada la pendiente inicial, discurre por una zona elevada con amplias vistas donde el camino se reduce a un escueto sendero entre la vegetación.  El mayor atractivo tal vez sean las plantas autóctonas que aquí podemos encontrar: arbustos como el acebuche, la coscoja, la retama, el aladierno y el lentisco. Tambien abundan, cómo no, nuestro protegido y humilde palmito, aromáticas como el romero, el tomillo y otras especies propias de la zona como la jara o jaguarzo, el matagallo y el esparto. Todas  conforman, sobre todo en primavera, una agradable visión acompañada de aromas que harán muy placentero nuestro paseo por este trozo de naturaleza que todavía pervive entre las tierras de labor.


Cortijo de los Santos y al fondo la sierra del Tablón y el peñón de Algámitas

Y al placer de los olores florales y del aire refrescando y limpiando nuestra cara de los primeros sudores, debemos añadir el de las vistas magníficas que el recorrido nos permite admirar en este punto, tanto a la izquierda como a la derecha del camino hacia donde se distinguen, en una dirección y en otra, amplias porciones del territorio de nuestro entorno.

Vista del Perotonar desde las Coronilas

Más adelante,  la ruta seguirá su curso siempre entre olivares pero claramente delimitada por las especies autóctonas mencionadas, formando una especie de galería que nos producen la sensación de andar por un lugar cerrado y apartado del mundo. Una veces más abierto, otras más acotado.

La vereda presenta tramos de mayor dificultad pero siempre asequibles

En una momento dado, y superado aproximadamente la mitad de nuestra caminata, nos encontramos con una elevación que conviene visitar, pues volverán regalarse nuestros ojos con bonitos panoramas, tanto de la campiña (no se ve la Puebla desde aquí) como de la sierra. Desde este punto también podemos contemplar ya el cerro de Martín Gómez, en cuya base se encuentra nuestro objetivo: el pozo de su mismo nombre al que tenemos intención de dedicar un articulo por separado más adelante.


Con el declinar de la tarde nos vamos acercando a la meta

Una vez hayamos disfrutado de los amplios horizontes que se abren ante nosotros, empezamos una bajada un tanto accidentada. El camino ahora se desarrolla por una muy bien marcada senda que se ensancha. Es fácil apreciar la antiguedad de la misma por la forma en que está incrustada en un terreno de materiales duros y rocosos, lo que nos da una idea del intenso uso que a lo largo de los años y siglos ha tenido. Es inevitable entonces evocar toda la vida, que en otros tiempos se desarrolló por estos entornos, el paso del ganado, con sus sonidos característicos, los pastores que los guiaban ayudados por sus perros, el arriero, el carbonero, el gañán, tal vez el bandolero…

Paso del arroyo que da acceso al pozo de Martín Gómez

Finalmente, después de otra ciertamente larga bajada, donde la vereda se pierde en la tierra de labor, llegamos a la confluencia del nacimiento del arroyo río Frío y el arroyo de la Alfalfa. Cruzamos y estamos en el pozo Martín Gómez. Un pozo artesiano, que no podréis apreciar en las fotografías, pues cuando estuvimos esta pasada primavera, estaba rodeado de una frondosa vegetación de de juncos, higueras, carrizos y otra maleza que no nos permitían verlo. Pero se encuentra aquí, de eso no cabe la menor duda.

Frondosidad tras la que se oculta el pozo

Llegados a este punto, podemos regresar por dónde hemos venido o seguir por la vereda de Ronda. A la izquierda nos llevaría a la hacienda de Morcillo, mientras que a la derecha llegaríamos al cortijo de la Rana y después a la carretera de Morón. Una opción viable sería tomar esta última dirección y volver por la vereda de la Rana o de los Pozo que nos llevaría de nuevo hasta la carretera de los Santos a la altura del antiguo arenal, aunque este itinerario sería bastante más largo que volver sobre nuestros pasos por el descrito anteriormente.

Paisaje de los alrededores del pozo

Un apunte más: como os hemos dicho la ruta forma parte de una vía pecuaria más larga que empieza o termina en el pozo Martín Gómez y acaba en la vereda de la Boyera, cerca de la Junta de los Ríos, sin embargo, éste descrito es el único tramo claramente practicable. Si desde el punto de partida, donde dejamos el coche, camináramos en dirección contraria pronto veríamos que el camino desaparece, tendríamos que seguir, campo a través, por un trazado que sólo exite en los mapas hasta llegar a las cercanías del cortijo del Vínculo dónde de nuevo reaparece. Tras cruzar la vereda del Castillo nos adentraríamos en la zona de Raspapelos y el cerro Juan de Arenas donde vuelve a aparecer para terminar, como hemos dicho antes, en la cercanía de la Junta de los Ríos en la actual carretera a Villanueva de San Juan y Pruna. Pero en estos últimos tramos es posible que al recorrerla podamos entrar en conflicto con la propiedad de las fincas por donde transcurre esta vía, que aunque sobre el papel sea de dominio público, ya sabemos el respeto que esto merece en ocasiones a los titulares de los terrenos colindantes y el poco celo de las autoridades a la hora de hacerlo cumplir.

Vista del tramo de la vereda der Martín Gómez al que nos referimos en el párrafo anterior

Antes de concluir el artículo querríamos avanzar una posible explicación acerca del nombre de este lugar. Es una cuestión siempre complicada, y nada fácil en la mayoría de los casos, encontrar la verdadera causa de por qué a un lugar, a un camino o a un pueblo, se le ha dado en llamar de una manera determinada. Es el problema siempre complicado de la toponimia o nombre de los lugares. El nombre de vereda de las Coronilas no aparece, que sepamos, en ningún mapa ni documento, pertenece a la acervo popular, a esa expresión colectiva que se transmite de padres a hijos y que llega a nosotros sin que sepamos exactamente el por qué.  Como ya os hemos dicho, el nombre oficial de esta vereda es de Martín Gómez y parece lógico pensar que tiene que ver con el pozo y el cerro del mismo nombre que por allí existen.

Pero hemos estado indagando, el diccionario de la Real Academia no incluye esta palabra en su última edición, y la explicación que encontramos al nombre de Coronilas podría ser debido a la existencia de distintas variedades de una especie de leguminosa como la retama y de cierto parecido con ella que debe su nombre a esa suerte de corona en la que se disponen sus flores amarillas y cuya fotografía os ofrecemos a continuación aunque no se ha obtenido en el lugar. Pero decimos que no es nada más que una hipótesis, la única posible con la información disponible. Ojalá que alguno de nuestros lectores tenga más información que nosotros y nos pueda confirmar o refutar esta teoría. Os invitamos a que participéis en esta interesante cuestión.

Flores de la coronila

Seguidamente os dejamos una presentación de diapositivas con más fotografías de la ruta descrita, como siempre deseamos que sean de vuestro agrado.

4 comentarios

4 comentarios en “RUTAS POR EL TÉRMINO DE LA PUEBLA DE CAZALLA (II): VEREDA DE LAS CORONILAS O DE MARTÍN GÓMEZ”

  1. José Sancho Pérezel 02 Oct 2011 a las 10:56

    Bueno amigos esto ya de la ruta es algo maas agradable que la valla del camino de los frailes ademas ¿ quien no ha buscado esparragos por esa ruta y sies solo por hacerle os aseguro que merece la pena un saludo

  2. Francisco Torresel 03 Sep 2011 a las 23:46

    A propósito de vías pecuarias, no sé si tenéis información de la cancela que han construido cerca de la Junta de los Ríos en el camino que va de aquí hasta el pantano. Todavía está abierta, pero supongo que la habrán hecho para cerrarla. Es una auténtica barbaridad que no entiendo como por parte de las administraciones se permite, y más cuando está afectando a una vía pecuaria, en concreto la Vereda de la Boyera que pasa por allí.

    Es increíble que ninguna autoridad lo haya visto, por lo que parece que más bien lo han ignorado. Creía que el SEPRONA estaba para esto entre otras cosas. Y supongo que el Ayuntamiento si no le ha dado permiso de obras, y no la puede legalizar, ordenará su demolición.

    Pero tal vez sea mucho suponer esto y lo anterior.

  3. antonio m garcíael 30 Ago 2011 a las 19:44

    Con esta descripciones y relatos de rutas, te quedas con ganas, ganas de visitarlo y ganas de seguir leyendo.

    Gracias y enhorabuena.
    Me permito una sugerencia, el mapa no se ve muy bien y no estaría de más señalar las otras rutas alternativas.

    Reitero la enhorabuena.

  4. jose mª g. rovirael 30 Ago 2011 a las 12:28

    Admirable! Gracias por hacernos participantes de estas maravillas moriscas en unos textos igualmente maravillosos.

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