LA PUEBLA DE CAZALLA. EL MORISCO BLOG. FORO DE LA PUEBLA DE CAZALLA

Traemos hoy al Morisco Blog un tema con marcado tinte medioambiental pero que no deja de tener un trasfondo histórico y al mismo tiempo político-social y cultural. Nos referimos a las lagunas del Fontanar, y son lagunas en plural puesto que aunque próximas en el espacio, en su momento existieron al menos tres en los terrenos de esta finca de nuestro término. Aún a la altura de la época estival en la que estamos con sus típicos rigores, dos de ellas mantienen agua y vida, incluyendo la visita repetida de flamencos y otras aves.

Vista de las lagunas

En la provincia de Sevilla, por las características de sus rocas y suelos, son frecuentes las denominadas zonas endorreicas y los humedales. En general una cuenca endorreica es una cuenca que no tiene salida fluvial hacia el mar, las precipitaciones que caen en estas zonas sólo pueden desaparecer por infiltración o evaporación. Si como se da el caso, hay capas de terrenos impermeables, aunque las precipitaciones no sean muy abundantes y haya una cierta aridez, nos podemos encontrar con acumulaciones de aguas de poca profundidad que forman lagos o lagunas que se pueden mantener durante bastante tiempo. En general los terrenos donde aparecen son margas y arcillas combinadas con yesos y propios en un paisaje subbético de lomas suaves.

Muchas de estas zonas están incluidas en el catálogo de espacios protegidos con la figura de reserva natural, es el caso de las lagunas de la Ballestera, de Calderón Chica, de Calderón Grande o la laguna de Gobierno del llamado Complejo Endorréico de la Lantejuela o la laguna del Gosque en Martín de la Jara. En el caso de las lagunas de nuestro término municipal, corrieron peor suerte pues ya en el año 1932, en sesión plenaria de nuestro Ayuntamiento, el concejal socialista Antonio Moreno pidió a la Corporación que se solicitase a la Junta Provincial de Sanidad, la aprobación de las obras de desecación de las mismas que por aquellos entonces pertenecían a D. Diego Benjumea Taravillo.

Este acuerdo lo recoge Pepe Cabello en su blog de historia local que forma parte de su generosa labor de investigación y difusión de la historia de nuestro pueblo. Al parecer, no fue cuestión fácil conseguir el visto bueno para tal obra ni la ejecución de la misma. Las probables razones para llevarla a cabo estarían en los problemas de paludismo que provocarían los mosquitos de sus aguas y la falta de medios para mitigar esta enfermedad y sus efectos. Quizás, y todo ello en el terreno de las conjeturas, el hecho del importante poblamiento de la zona fuese el motivo que impulsase a solicitar tales obras. Se apunta en las mismas actas que se incluyeran las tareas de desecación y apertura de canales como posibles trabajos para paliar la situación de paro obrero del momento, pero como según parece la Junta Provincial no tomó tal acuerdo, se solicitó también la intervención del Delegado Provincial de Trabajo de la época.

Probablemente hasta la década de los 50 no tuvo lugar tal desecación, cuando las lagunas habían hasta tenido un uso recreativo para los señoritos del Fontanar que llegaron a poner algunas barquitas en las mismas; pero si bien no hemos podido constatar este hecho con total seguridad, sí hemos comprobado que en la edición de un curioso mapa topográfico de Andalucía del año 1940, cuya imagen os ofrecemos, aparecen las tres lagunas como existentes. También han seguido consignándose tanto en la del mapa topográfico de escala 1:50.000 del Instituto Geográfico y Catastral así como en los mapas del Instituto Geográfico del Ejército correspondientes a las ediciones de los años 70 y 80. Probablemente entre finales de los años 40 y primeros 50 tuviese lugar la roza y desmonte de toda las vegetación asociada a las lagunas.

Fragmento de edición alemana de 1940 de mapa topográfico de Andalucía

Tal y como se distingue en la imagen del mapa, son tres las lagunas existentes, colindantes y con una extensión relativamente importante: la llamada laguna del Fontanar, la de la Espadilla y la del Santo Cristo. La existencia de las mismas se puede apreciar, en el caso de que no tengan agua, por la diferente tonalidad adquirida por el suelo a causa de la concentración de sales y por la plantación de eucaliptos que pudo realizarse después de la desecación. Son antiguas nuestras lagunas y el aprovechamiento que se hacía de ellas como puede verse por esta mención a las mismas en la Carta Puebla de 1502:

“VI – Yten que de los dichos puer[tos] y lagunas afuera puedan caçar y / caçen todas las caças de co[nejo]s y perdizes y otras aves

Yten que puedan pescar y […] los dichos vezinos en todo el río y que puedan / cortar la […(2)] para sus casas; e que puedan co- / ger esparto en los d[ichos pue]rtos y lagunas afuera, y que paguen /27 diez maravedís del dicho espar[to]”.

También, por tanto, la nuestra es una tierra de lagunas, como muestra un botón más y sea este botón la imagen espectacular del embalse-laguna de la finca de la Coronela, probablemente nacido como una especie de balsa natural de riego aprovechando el rebosadero del arroyo del Término y que ha terminado siendo una laguna que supera en especies, diversidad y espectacularidad a su vecina de los Ojuelos.

Por último, os hemos seleccionado un reportaje fotográfico que mostramos en la presentación y si, en la medida de lo posible, esto puede ayudar a la recuperación de un recurso nuestro, de un importante bien de nuestro patrimonio colectivo, sea bienvenido, igual que lo serían vuestros comentarios o fotos sobre estos terrenos y la actividad que en ellos se hacía.