LA PUEBLA DE CAZALLA. EL MORISCO BLOG. FORO DE LA PUEBLA DE CAZALLA

Iniciamos ahora con esta nueva serie que hemos llamado estampas de ayer y hoy,  un nuevo proyecto del Morisco Blog y en el que aprovechando una edición de la empresa Postales Sanpi de Burgos, viajaremos en el tiempo hasta probablemente finales de los 60 e inicios de los años 70. No tienen fecha concreta los ejemplares de las postales, figuran el número de registro y datos telefónicos, incluso aparece información curiosa sobre los nombres de los lugares y las calles en su reverso. Todo ello se irá tratando en cada ejemplar pero sirva como ejemplo que en una de ellas se fotografía el isocarro de Machito o en la plaza del Ayuntamiento la bandera requeté. El siempre inquieto Pepe la Barbarita, en un esfuerzo emprendedor en su negocio de recuerdos y bisutería, recuperó en gran parte esta serie de postales, e incluso pudo mandar su reimpresión, haciendo posible que muchos de nosotros podamos tenerlas en nuestras casas y que sea frecuente encontrar reproducciones en bares de nuestra localidad.

La datación aproximada la hemos realizado basándonos en las matrículas de los coches que aparecen en algunas de ellas o incluso en la aparición de los números sin el familiar prefijo provincial.

En esta primera serie hemos tratado una calle especial de la Puebla, la calle Ermita, especial por el propio edificio religioso que en ella se encuentra, por el arco que da entrada a la calle, por su localización en la periferia de lo que era el centro urbano, especial porque en ella se hallaba en aquella época la cárcel municipal. De todo ello haremos un breve relato apoyándonos en la imagen de la postal. La comparación con la actualidad, os la dejamos a vosotros queridos amigos y lectores.

En la postal, se ve  la calle aún terriza, es muy posible que ni siquiera estuvieran todavía las “aguas sucias a la calle”, es decir probablemente no existía aún conexión al alcantarillado porque no existía tal alcantarillado. Cuando llovía la calle se ponía llena de barro, una pergaña arcillosa roja que se pegaba a las suelas de los zapatos.

Vista actual de la espadaña de la ermita (s. XVI)

La moto que aperece es una Rieju Minarelli, las famosas riejus de marchas en el puño y que tenían un motor buenísimo que alcanzaba miles de revoluciones, el depósito lo tenían plateado o amarillo claro y muchos embellecedores por todos lados, era un modelo más potente que la mobilette y más exigente en habilidad al conductor. Ésta en concreto era de un hombre que se llamaba José y estaba todo el día limpiándola y haciendo acelerones de mantenimiento para que andara bien. Otros detalles interesantes de la postal son las aceras, diversas y distintas o ausentes porque la hacían los propietarios a su libre elección y posibilidades, la ermita por ejemplo carece de ellas pero lo que era cárcel primero, y cuentan que también antigüo hospital, sí que la tiene. Este edificio, en que ahora se encuentra la Tertulia Cofrade El Estantarte sirvió también de albergue para gente que no tenía techo, al menos temporalmente. Un residente que se mantuvo durante bastante tiempo fue Rafael el Chinchorrito al que los niños le decían “Chiquilín”, “Chiquilín”. Era un viejecito con gorra y muy endeblito que tenía estrabismo y no paraba de decirle a los niños ¡chiquilín!, ¡chiquilín!, y de ahí que se le conociera por este mote. Vivía en este edificio con una especie de camastro de muelles espirales y vestía la ropa que la gente le regalaba. Estaba especialmente orgulloso de un abrigo de pata de gallo que le quedaba muy largo y con el que combatía el frío. Además de ropa, la gente le daba comida que él guardaba en su particular despensa.

Veleta de la ermita señalando solano

Los vecinos que aparecen asomados a la puerta de la calle, probablemente atraídos por la nada frecuente novedad de un hombre forastero con cámara de fotos, son reconocibles en parte. La mujer que está más cercana a la puerta de la casa es María la Jopi, de los Jopigordos y casada con el Cigüeño, al lado está su hija Carmeli y la mujer que está más retirada pudiera ser Manolita  Martagón la del Porro. Los chiquillos no son identificables.

Cimborrio de la ermita de San José

La mayoría de las casas no tienen zócalos y tampoco se ve alumbrado público en la calle, ni siquiera los focos que fueron sustituidos por farolas, puede que hubiese una especie de farol sin cristales con bombilla incandescente de menos de 40 w, al menos las hubo en tiempos y  siempre solían estar fundidas. Los cables de la calle iban anclados por una especie de palomentas en Y que terminaban en unas piezas de porcelana blanca aislante, desde luego la sección de los cables era muy pequeña y eran tiempos de 125 voltios.

El buzón de correos se puso sobre finales de los 60 y acercaba el servicio a las calles más alejadas de las oficinas de la calle Marchena, diariamente recibía la visita el cartero que cerraba y abría la puerta para acceder a una saca verde militar colgada de la estructura del buzón a donde caían las cartas, tan numerosas entonces por las muchas familias que tenían el padre en Alemania, el hermano o el hijo en Barcelona, en Ibiza o en la Isla del arroz, y cuántas veces encontraría ese cartero, quizás Pepito Medrano, cosas insopechadas que los chiquillos, entonces mucho más callejeros que ahora, metían por la rendija del buzón.

En la parte de arriba la reciente por entonces, calle Federico García Suárez, constituida toda ella por casas baratas, las casas del Chato con paredes de palometas (paredes huecas con ladrillos puestos de forma que hacían ahorrar muchos costes) y vigas de ecualipto. En la esquina sin embargo la casa era de autoconstrucción y pertenecía Antonio Montesinos el Chita.

La calle sin coches, por supuesto, en la foto actual curiosa y extrañamente hemos encontrado un momento en el que sólo había un coche aparcado.

Perspectiva de la calle de la Ermita desde el arco

Esta otra foto con composición a la que puedes acceder a tamaño completo pinchando sobre la misma, nos la ha cedido un colaborador del blog y forma parte de un trabajo sobre el arco de la ermita y que también publicaremos en su día. De ella hemos extraído un plano parcial de la vista de la calle desde el arco. Probablemente sea de una época anterior pero no debía variar mucho de como se encontraba este trozo de la calle en el tiempo de la postal. En la foto antigüa se ve la casa de la Uvita donde vivió un tiempo la familia de Antonio Cocinero el que fue guarda de la plaza de abastos. Se ve la chimenea que debía corresponder a la cocina y a continuación la casa de Gallardo y Jazmino, Pelusa y Ana la Javiela, casas bajas y pequeñitas para todo, eran las casas de entonces.

Pocas son las familias que viven ahora en la calle Ermita, de por sí era una calle pequeña y en la que parte de sus habitantes habituales han ido desapareciendo como el recuerdo de otra época. Eran tiempos de la calle Ermita o calle Hermita o plaza de San José para desconcierto de los carteros que se incorporaban nuevos a sus puestos, la calle de Francisca Gallardo y el Titi, de Ana la Javiela y Pelusa que se puso una vez polvo de tano creyendo que eran polvos de talco porque estaba zajornao, de Chiquilín, de Juanito Morcilla, Rosarito Morci y su madre Dolorcita, de Carmela la Pachona que puso una droguería con Panilla, del Sopero y Dolorcita la Núñez, de Ana la Mascajaba y los Franceses, de María la Jopi, Manolita la de Currito el Porro, la de Tomás el de la arena y Rosarito Cejudo, de José y Lola, de Jeromo Pescaílla que iba a Alemania y traía maletas de tornillos y de Encarnación, la del rincón, que sería después  suegra del Lápiz el carbonero.

Os insertamos a continuación para finalizar la entrada un reportaje fotográfico de la ermita en la actualidad.