Abr 09 2011
TIEMPO DE CUARESMA EN LA PUEBLA DE CAZALLA
Estamos en tiempos de primavera, ya hemos abandonado por fin los rigores y las sombras frías del invierno, ya podemos apreciar en la luz de la tardes de abril y en sus primera brisas suaves, la proximidad del verano y de la cosecha sembrada con tanto sudor en el lejano otoño. Ha sido un año de lluvias y el campo luce hermoso y verde como una promesa de próxima abundancia para todos. En su eterno ciclo anual el mundo ha girado una vez más y a todas sus criaturas nos permite asistir a este espectáculo trágico pero gozoso del triunfo de lo nuevo sobre lo viejo.
En La Puebla de Cazalla estos tiempos de primavera son también tiempos de Cuaresma en los que muchos de sus vecinos muestran un especial ajetreo, singularmente en los alrededores de la plaza del Convento, y en los que en las tardes ya largas y luminosas se puede oír a lo lejos, sobre un fondo de aromas de azahar, la convocatoria repiqueteante y enérgica de los tambores y cornetas.
Y volvemos de nuevo al eterno retorno, nos aprestamos otra vez a asistir a lo largo de nuestras calles, en el interior de nuestros templos y en el reflejo en el rostro de nuestros vecinos, a la representación del drama del mundo, de esa eterna batalla entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte que es la pasión y resurrección de Cristo. El hombre muere, Cristo muere, pero hay esperanza para el mundo porque al tercer día resucita para traernos la ley nueva, una ley de amor, de un amor vencedor del mal y de la muerte.
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Aunque dice Gardel en su canción que 20 años no es nada, esa corta fracción de tiempo puede llegar a ser un abismo para el punto de vista humano justamente por este motivo. Os ofrecemos esta vez en el blog, una revista de Semana Santa editada por la hermandad de la Borriquita en el año 1.992. Seguro que a muchos de vosotros, el ojear sus páginas les va a traer muchos recuerdos de vivencias personales que tal vez creían perdidas definitivamente, por nuestra parte, precisamente porque estamos en Cuaresma os sugerimos que vuestra mirada se demore en los detalles, que repare en las personas que figuran ahí y que ya están ausentes, en los negocios que aparecen como patrocinadores y hace tiempo que cerraron, del poco tiempo necesario para el olvido y que meditéis en la fugacidad de ese tiempo que se nos escapa a todos como la arena entre los dedos.
Que bellas palabras, si todos miráramos esto no habría tanta maldad en el mundo
Y yo vuelvo como cada año,si dios quiere,a ver mis pasos de semana santa,a oler los naranjos en flor, en la plaza del convento,volver a reencontrarme con mis amigos,y contarnos las mismas vatallitas de cuando eramos adolescentes,que aunque se repitan ,siempre acabamos riendo,paso diez dias maravillosos,cargo pilas,y en varano que me echen lo que quieran,deseando que llege septiembre para volver a mi feria.